Excellere Consultora Educativa

Como especialista en el ámbito de la docencia y de la pedagogía, me causan constante
asombro las técnicas que utilizan nuestros docentes y nuestras instituciones educativas
con la intentada finalidad de educar y formar a nuestros alumnos. De hecho, si nos
remitimos a la consideración del aspecto funcional de la educación de los países de
occidente, la misma parece ejercer más una función de adiestramiento o al menos de
instrucción que una función de educación propiamente dicha. Para avanzar en el
desarrollo de nuestra tesis debemos primeramente realizar un esbozo de lo que significa,
al menos elementalmente, Educar y Adiestrar.

¿Qué es educar?

Somos concientes que la respuesta a esta pregunta puede requerir el espacio de todo un
volumen, por lo cual vamos a tratar de rescatar solamente la noción mas elemental y
básica sobre lo que es educar de tal manera que nos sea útil para el propósito de este
breve artículo.
En primer lugar podemos decir que el arte de educar es una actividad que interrelaciona
a los dos polos de la educación, el educador y el educando, y que implica la transmisión
de conocimientos verdaderos, valores auténticos y experiencias relacionadas con los
mismos con la finalidad de lograr en el educando una mas efectiva auto gestión de su
propia vida en función de su naturaleza auténticamente humana o, dicho en términos
filosóficos, en función de su fin último como ser humano.
En función de esto dicho, se desprende que no cualquier transmisión de conocimientos
es educación ya que aquella que no apunta a lograr un incremento en la capacidad de
auto gestión orientado hacia el fin último de la persona no es propiamente educación.
Algunos especialistas en pedagogía distinguen entre educación e instrucción,
identificando a esta última como la actividad de transmisión de conocimientos que se
ocupa de transmitir nociones de orientación técnica o especulativa que no poseen la
finalidad de ampliar la capacidad de auto gestión de las personas sobre su propia vida
para alcanzar su desarrollo como seres humanos.
De esta manera, entonces, una educación auténtica será todo aquel conocimiento
trasmitido y aprendido que sea capaz de favorecer el hecho de que una persona pueda
por si misma, auto gestionando su vida, lograr un paulatino perfeccionamiento de sus
competencias en relación a su esencia humana orientada a su fin último.

¿Qué es adiestrar?

Adiestrar es, en cambio, una actividad que busca la obtención de una respuesta de
alguien en función de un estímulo otorgado. En el adiestramiento no existe ni es posible
la auto gestión de la propia vida sino que, por el contrario, su finalidad busca un
automatismo de conductas que se hacen presentes en la medida en que aparecen los
estímulos adecuados.

De alguna manera se puede resumir el adiestramiento a la noción de estímulo-respuesta
donde un estímulo que convoca a una determinada respuesta se repite una determinada
cantidad de veces logrando el “entrenamiento” del sujeto adiestrado. Luego de esto la
respuesta se dará casi automáticamente en la presencia del estímulo.
Por esto es muy común y acertado hablar de “adiestramiento canino” cuando se enseña
a los canes a realizar determinadas actividades en función de una “orden” que funciona
como estímulo. Nos llama la atención, sin embargo, que en el mundo de la empresa y de
los negocios se hable de “adiestramiento de personal” ya que la idea de adiestramiento
no se relaciona muy bien con la naturaleza y dignidad del ser humano. Lo ideal sería,
entonces, hablar de educación o instrucción con respecto al ser humano y de
adestramiento con respecto a los animales.

¿Cuáles son las actividades típicas de nuestro sistema educativo?

Los sistemas educativos y la actividad docente de la mayoría de las escuelas de
occidente incluyen un conjunto de actividades contradictorias entre si ya que algunas de
ellas (muy pocas en realidad) se orientan hacia la educación de los alumnos mientras
que otras se orientan claramente a su adiestramiento. Esto sucede, creemos, porque las
autoridades educativas no se han planteado a fondo y en serio el problema educativo
actual y la finalidad que debe tener la educación.

Los ejemplos de adiestramiento dentro del mundo educativo son numerosos y nos
gustaría nombrar a algunos de ellos a modo de ejemplo:

El timbre de los recreos: este sistema para señalar el comienzo y fin de las horas de
clase no hace más que condicionar, al más elemental modo de Pavloviano, a los
alumnos a responder a los mismos. Tal vez, como la finalidad de la escuela es educar en
la auto gestión de la propia vida, debamos simplemente indicar en una tabla los horarios
de comienzo y fin de las horas de clase sin que haya necesidad de indicar los mismos
con un timbre ensordecedor. De esa manera, sacrificando algo de la disciplina que tanto
agrada a los “adiestradores”, podamos con el tiempo y con mucha paciencia lograr que
los alumnos aprendan a auto gestionar el manejo del tiempo.

Los gritos y gestos violentos de algunos profesores: Es muy común que algunos
profesores griten o miren de mala manera en forma intermitente a ciertos alumnos de los
cuales desea obtener determinada “conducta” o “respuesta”. Estos gritos, análogos a los
que dan los padres en la propia casa de los niños, buscan condicionar y adiestrar a los
niños para que se comporten de una determinada manera en función de un estímulo el
cual es en este caso es el grito. Este es otro modo de condicionamiento que aleja al niño
de la posibilidad de aprender a gestionar su propio comportamiento y a administrar su
propia personalidad.

El sistema de evaluación por puntuación:
Siempre me he preguntado: ¿Por qué a los
alumnos debe evaluarlo solamente un tercero (un docente) y no puede enseñársele a
evaluarse a si mismo (por supuesto que con la supervisión del docente)? Una de las
debilidades más grandes que vemos en las personas adultas es que no son capaces de
evaluar efectivamente sus actividades y sacar conclusiones al respecto con la finalidad
de modificar sus conductas. ¿Cómo podrían hacerlo si la escuela nunca se lo ha
enseñado, nunca ha confiado en su capacidad de auto gestión? Por supuesto que esto
debe implementarse poco a poco y selectivamente dentro del sistema educativo pero
actualmente los sistemas educativos de occidente han dejado de lado las técnicas de
auto evaluación. El lema básico sobre el que se basan los “adiestradores” es que el
alumno es incapaz de auto evaluarse. Para ellos es, desde el inicio, una causa perdida.
Por eso, el fundamento último del adiestramiento es la negación del valor del ser
humano como ser humano propiamente dicho.

Efectivamente, el concepto que subyace tras las técnicas, concientes o inconcientes,
sistémicas o estructurales, del adiestramiento educativo es la admisión de una
incapacidad natural e inherente del ser humano para auto gestionar su propia vida.
¿Cómo vamos a dejar en manos de estos estudiantes—dirían para sí los abogados y
defensores adiestramiento—cuestiones de tamaña importancia como el manejo de su
propia vida y del camino que debe seguir y orientar la misma?
El trasfondo de este modelo de pensamiento implica una infravaloración del ser humano
en cuanto ser humano, al cual ni siquiera se le puede enseñar a gestionar los elementos
mas básicos y elementales de su propia vida. De esta manera, la escuela se transforma,
no ya en un centro de educación, sino en un centro de adiestramiento donde las formas
externas de la disciplina hacen parecer frente a los ojos inexpertos que se ha logrado una
educación efectiva. Pero esto no es mas que una completa farsa, pues en todo sistema de
adiestramiento humano, cuando se retira el estímulo que genera las respuestas
esperadas, cuando el adiestrador no está, el espíritu humano surge salvaje en cada una
de las personas “adiestradas” dejando emanar desde sí los más auténticos gestos de
libertad y auto determinación.
Para algunos todo esto puede parecer una utopía o un claro atropello a la razón y al
sentido común. Somos concientes de ello, pero no debemos olvidarnos ni por un
momento que las escuelas y universidades son laboratorios de ensayo donde las
personas deben ser educadas para auto gestionar su propia vida pues esa vida va a estar
durante todo el tiempo en que se extienda en esta tierra en las manos de cada uno de
nosotros y de nuestros alumnos.
No olvides estas reflexiones la próxima vez que contemples a tus alumnos a los ojos.

Hugo Landolfi - Filósofo

Director de la Escuela de Filosofía Aplicada para la Excelencia del ser Humano

Arte artículo pude difundirse libremente citando al autor “Hugo Landolfi” y a la fuente www.sabiduria.com

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Comentario de carlos el diciembre 19, 2008 a las 9:25am
Hola silvana....muy importante tu comentario para despertar!!! y para no salir del asombro...
Creo que haciendo memoria...desde que existe el discurso de la pedagogía al servicio de la educación y esta al servicio de las políticas de Estado, la idea de educar sistemáticamente no se aleja de la de adiestrar.... a pesar que intente suavizarse, o discursearse, o "dialectizarse". Saludos
Comentario de silvana el noviembre 20, 2008 a las 12:30am
Por supuesto, esta capacidad de AUTOGESTION es la que observamos los papás que educamos en el hogar en nuestros pequeños.
Muy buena tu nota, la deberían leer muchas, muchas personas y docentes para que refresquen conceptos.
Un abrazo. Silvana
Comentario de Liliana Dubkin el noviembre 19, 2008 a las 12:30pm
Muy interesante la nota, es válida para todas las etapas del niño. Escribo esto porque yo me desempeño en el area maternal y surge muchas veces desde los padres y de docentes que recién se inician "son chiquitos, no entienden " y se pierde el valor fundamental del respeto al Otro, a la individualidad y particularidad.
Liliana Dubkin.

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