Excellere Consultora Educativa

Hora de regresar la PACIENCIA al sistema educativo

Cómo  regresar   la PACIENCIA al sistema educativo

La ley de la gestación de   aprendizajes

 

El sistema educativo actual tiende a ser impaciente.

Los educadores enseñan con prisa para  cumplir con la sed de logros  que plantea el sistema. Así enseñamos muchos contenidos ,habilidades, valores pero apurados, esperando que los alumnos aprendan "mucho de..." y rápido. No hay nada malo en querer enseñar mucho a los alumnos, considero que es indispensable para  estimular la curiosidad y la motivación por aprender.Pero tenemos que ser cuidadosos.

Cuando se trata de construir aprendizajes debe haber un tiempo para la paciencia.

Desde la biología existe una ley de gestación , que indica que para cada semilla existe un tiempo específico que esa semilla concreta necesita para establecerse antes de desarrollarse.

Los procesos de aprendizaje  son  como esa semilla  en sí misma y cada uno de ellos tiene un periodo de gestación que será diferente en cada niño , un lapso determinado de tiempo desde el momento  en el cual siembras hasta aquel en el que ha crecido lo bastante como para poder observar como se transformo esa semilla en un tallo. ¿Qué duración tiene ese periodo de gestación del aprendizaje en este niño particular?

Esta es la parte difícil , no lo sabemos , pero sí sabemos que tomará un tiempo.   Y también sabemos que si  extraes la semilla después de haberla sembrado, interrumpirás el proceso. Por eso paciencia .

El sistema educativo parece haber olvidado esta ley de gestación , los aprendizajes  están cronometrados.Se pide a los educadores que midan resultados  y así las evaluaciones  se convierten únicamente en  una fuente de información perdiendo  su verdadero fin que es  evaluar para valorar .   

 Jesús dijo “Los últimos serán los primeros “ , así que porqué preocuparnos si la velocidad de los aprendizajes es muy lenta. ¿Con qué, con quién  comparamos? Educar y enseñar sin prisa , respetando el período de gestación de cada aprendizaje  es la clave para lograr verdaderos aprendizajes. El apuro, la presión y la comparación  no son buenos aliados a la hora de enseñar  , si queremos desarrollar competencias que les permitan a los niños aprender a aprender , aprender a hacer y aprender a vivir junto a otros.

Medir, evaluar  constantemente  sus logros o no logros tampoco ayuda .Es como desenterrar una semilla de zanahoria  con ansiedad para ver si ya creció  y ver como va creciendo. Muchas veces  nos encontramos  examinando en busca de cualquier signo  que indique  que el aprendizaje  llegó o no llegó al resultado.

Esto entorpece el desarrollo de esa semilla  que guardaba dentro de si el poder de  convertirse en una zanahoria .Es decir  esto entorpece el aprendizaje , y lo peor es que  esto aleja y desconecta a los niños  de su esencia  ¿Cuál es la esencia ?Es ese centro de potencial, fortalezas , talentos  y fuerza  que todos los niños llevan dentro. No se apuran los procesos , cuando lo hacemos los entorpecemos .

Suelo ir a las mañanas a trabajar con  mi computadora a un café que me agrada mucho ,se llama “Delicious”, y realmente el nombre le queda muy bien porque allí todo es delicioso, el clima es relajado, las personas conversan serenas  y se respira mucho  bienestar. Una mañana mientras degustaba una cookie de avena  y pasas , Tomás el repostero me contó que estaba horneando una torta para un pedido especial. Al preguntarle cómo iba la cocción, me respondió: ”Lo sabré cuando la saque del horno, cuando llegue su momento .Ahora disfruto del aroma de su cocción “.  

Luego, continuó mientras levantaba unos jarros de café “El secreto  es que  nunca debemos  abrir el horno para ver cómo va la cocción. Allí es cuando interrumpes el proceso, la masa baja y adiós exquisitez. Cada torta tiene un tiempo de cocción especial, hay que conocerlo  y luego respetarlo, jamás apurarlo.”

 

Continué trabajando  en mi computadora  pensando que esta simple lección de repostería nos ayudaría mucho recordarla a la hora de enseñar.

Muchos enseñamos  ansiosos para que por fin  el aprendizaje se consolide, midiendo y calificando  resultados .El resultado es importante pero también lo es el proceso. Cuando se mide únicamente un resultado, y este no es alcanzado parecería que todo lo que se logro  de nada sirve, ni la experiencia transitada, ni los avances respecto al punto de partida.  

Recordemos  que lo que realmente  importa es que los niños aprendan, no en cuanto tiempo lo hacen o a que velocidad aprenden , y un potente recurso que podemos utilizar en el aula para que esto ocurra es la PACIENCIA . Esperar  confiados en  que si dimos las herramientas adecuadas  para construir ese aprendizaje  seguramente se estará gestando , estará estableciéndose para luego desarrollarse y ampliarse. Mientras esperamos preparamos el entorno para el desarrollo del aprendizaje . Los maestros no pueden hacer el trabajo de la semilla  por ellas, no hacen crecer la planta pero tienen tareas para asegurarse de que esta cuente con el ambiente y los recursos disponibles para absorber lo que necesita .

Un entorno emocionalmente afectivo y positivo , donde las palabras son cuidadas , donde con frecuencia se les dice a los niños que son valorados, apreciados  y respetados. Un entorno  que  los ayuda a conectarse con su verdadera esencia, con sus talentos, fortalezas y enorme reserva de recursos .Cuando  el entorno permite que los niños se conecten con su esencia, el aprendizaje  resuena  y emerge con una fuerza arrolladora.


Muchas veces el aprendizaje se hace esperar , pareciera que esta enlentecido  o pausado .En esos momentos , frente a niños que nos preocupan , es cuando  tenemos que ocuparnos.  

Los diagnósticos, los test, son muy útiles para conocer  y comprender porque sucede, lo que está sucediéndole al niño, pero son muy inútiles para ayudarnos a confiar  en su potencial y en la posibilidad de superación.

Conozco muchísimas historias reales  de niños con diagnósticos “ terribles”, “dolorosos” por lo  negativo  que decían las estadísticas sería su pronóstico , como dificultades para aprender  tan grandes  que  era  muy difícil que logren iniciar y finalizar  su educación en escuelas normales , o que su impulsividad  era tan severa que  sería imposible que participe asertivamente  de juegos con otros niños , ó que su dificultad motora le imposibilitaría  escribir , o caminar. Estos niños  de carne y hueso  con estos diagnósticos  aprendieron, caminaron, escribieron, y se recibieron en colegios  normales. Qué pasó? Que pasó con el diagnóstico?

Lo que sucedió es que sus padres  y los  educadores  que les presentó la vida  no limitaron  sus acciones , sus expectativas , sus fuerzas,  a lo que decía la ciencia , se entregaron a la esperanza,  y confiaron plenamente  en que desde el afecto  y con mucha paciencia podían  enfrentar pequeños logros , que  se irían  transformando  en logros enormes e impensados al inicio.


No creyeron que el futuro ya estaba determinado, no eligieron pararse en el déficit del niño  .

Encontraron educadores  que desafiaron al sistema educativo , educadores que ayudaron , animaron  y acompañaron  el proceso de gestación .

No impusieron  al niño los tiempos establecidos en las  medidas estándares  e impersonales

 No midieron resultados inmediatos , celebraron los procesos .

Esperaron  y resaltaron  los logros en relación con su propio punto de partida .

Eligieron  mirar las fortalezas, por más pequeñas que aparentaban  ser frente a tan grandes dificultades .Eligieron hablar  de lo que el niño puede , y primero lo hicieron con sus propios diálogos internos,  para luego hablar  con la familia, escuela, vecinos y en especial con el niño mismo de lo que estaba logrando .

Eligieron celebrar cada pequeña victoria  , eligieron la calma en medio de tanta prisa a la hora de  educar.

Eligieron la posibilidad y la paciencia , a pesar de todo y el mundo se abrió para darles paso.

Mariana de Anquín

 

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Comentario de Natalia Gil de Fainschtein el mayo 23, 2012 a las 4:25am

Mariana: una vez más gracias por tu aporte! Este artículo tan lleno de sabiduría me llegó al alma.

Justo estoy preparando una disertación que daré este jueves en el ciclo "Lo Mejor de Nosotros" sobre los desafíos del docente de hoy y aunque obviamente voy a hablar de TIC puse el acento en estas capacidades que debemos tener los educadores, con o sin TIC.

Justo hoy le escribía a una amiga, mamá de un nene de 7 años diciéndole que confíe en la capacidad de su hijo, y que si no rendía todo lo que la escuela exige que se lo tome con calma, somos los papás los que ponemos "el nivel" educativo de los hijos y debemos subirlo si consideramos que la escuela es floja, pero la elegimos por otros motivos, y debemos bajarlo si creemos que la escuela es muy exihgente e inflexible. ¿Cómo bajarlo? No cargando las tintas por un regular, celbrando lo que hay y no desesperandonos por lo que falta.

Justo hoy cuando ayudaba a mi hija con sus tareas pensaba en estos temas!

Justo... este artículo me llegó justo, como todas las buenas reflexiones que nos llevan a repensar nuestro papel como educadores, seamos maestros o padres.

GRACIAS Mariana!

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