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ABRIENDO LAS PALABRAS Y LAS HERIDAS DE LO COTIDIANO Y LOS CODIGOS DE LA MODERNIDAD SOCIALISTA REVOLUCIONARIA EN LA EDUCACION Y LOS EDUCADORES CHILENOS

ABRIENDO LAS PALABRAS Y LAS HERIDAS DE LO COTIDIANO Y LOS CODIGOS DE LA MODERNIDAD SOCIALISTA REVOLUCIONARIA EN LA EDUCACION Y LOS EDUCADORES CHILENOS

( aventuras de un filósofo chileno en las ramas del árbol)

 

 

 

 

 

Walterio Barra Cabello.

Maestro de Filosofia

Octubre, 2000

 

 

 

 

 

“ Yo soy el pueblo, la muchedumbre, la multitud, la masa...¿ Saben que todas las grandes obras del mundo se hacen por mi intermedio...Soy el testigo de la Historia...De mí extraen lo mejor y se pierde. Olvido...”

 

Carl Sandburg

 

 

 

 

 

LENTE ANGULAR

 

 

UN GRAN LENTE O CATALEJO AL TEMA EDUCATIVO CHILENO

 

Nos gustaría encontrar a los docentes de Chile, una vara mágica que abriera las soluciones definitivas del como conocer, aplicar, reconocer, demostrar, y evaluar lo que los alumnos entre los 6 y 18 años aprenden en la educación formalizada por el Estado

 

Tenemos sueños y nos creemos todos los nuevos cuentos que nos permitan mirarnos como innovadores, exitosos, y sobre todo merecedores de mayores privilegios y pesos o dólares si revisamos las ofertas de por comunicarse a Internet por grandes cantidades de horas.

 

Han ocurrido aproximadamente durante los últimos 36 años múltiples experimentos que buscan encontrar en alguna arista del poliedro educativo su paradigma explicativo. Y escuchando a nuestros profesores chilenos lo que aparece hoy en sus racionalidades son múltiples poliedros y cada día menos aristas. Al parecer, la búsqueda de una filosofía de la educación contemporánea o representativa del nuevo siglo es la obsesión de sociólogos, sicólogos, ingenieros, periodistas.

 

Pero, de forma muy extraña los discursos de los profesores chilenos no se transforman en esa búsqueda que le es propia a todo profesional...jugarse la inteligencia por encontrar el hilo mas aglutinador de la realidad. Los primeros han logrado caotizar la educación y los profesores defenderse en las barricadas de sus salas de clases.

Y sé enconden en verdaderas barricadas de anteprejuicios palpando que la sociedad contemporánea ha perdido el papel hegemónico en la transmisión y distribución de la información.

 

Gimeno Sacristán y Pérez Gómez, 1994, en su obra Comprender y Transformar la enseñanza, explicitan uno de los temas de mayor transversalidad que la Reforma Educativa Chilena aun tiene en la agenda de los puntos sin reflexión o de bajo interés, o bien esperando que vengan otros y las pongan en experimentación: “...los medios de comunicación de masas ofrecen un abundante bagaje de informaciones en los mas variados ámbitos de la realidad. Los fragmentos aparentemente inconexos y asépticos de información variada que recibe el niño o niña en edad escolar...van creando de modo sutil e imperceptible para él, incipientes pero arraigadas concepciones ideológicas que utiliza para explicar e interpretar la realidad cotidiana y para tomar decisiones respecto a su modo de intervenir y reaccionar...”” (31).

 

Los niños llegan por tanto a la escuela municipal, subvencionada o pagada con un abundante capital de informaciones y con poderosas y acríticas preconcepciones sobre los diferentes ámbitos de la realidad cotidiana y global.

 

He subrayado las palabras finales de los autores españoles que aunque muchos ya dicen que fracasaron con su reforma en su país, me han llevado hace unos minutos a revisar mis experiencias escolares de mi generación, y tales preconcepciones políticas y sociales eran una gran marca. De todas formas, siempre el niño o niña ha llegado igual a las escuelas de nuestro país, pero darle apertura a la diversidad hoy por lo menos es un discurso. Por lo mismo, convertirse en un filosofo de la educación, por lo menos debiera ser cátedras universitarias no solo de la historia del pensamiento de los demás sino un espacio de reflexión que provoque la publicación colectiva de un esbozo de modos de pensar distintos y divergentes. Una Filosofía de la educación desde las prácticas cotidianas reales, y no las interpretaciones alambicadas que formulan estadísticos y los profesionales que son periféricos en y a la educación.

 

Por ello no resulta pérdida de tiempo por parte de ningún sujeto social preguntarse hoy:

 

¿ Cuál es la ideología de la reforma educativa?

 

¿ Se buscan resultados y llenar los primeros lugares  de las estadísticas mundiales de los mas educados o de los niños que aprenden a crear un mundo mejor que al que vive  mientras se desarrolla la reforma curricular o de los contenidos más pertinentes y básicos que un niño o joven chileno debe aprender en 12 años de estar sentado tras una mesa?

 

La educación es un tema de todos, pero la pedagogía es un tema de los docentes. Así, como las tesis acerca de cepas de cerveza son los lugares propios de trabajo de los ingenieros bioquímicos, y quizás químicos también.

 

El fenómeno de la polivalencia profesional como de la transversalidad universitaria solamente ha justificado que profesionales que son apoyo del mejoramiento de la educación se hayan querido transformar en filósofos de la educación a los ojos de los países del primer mundo, quienes invierten en el mejoramiento de la mano de obra barata o servil al modelo económico neoliberal.

 

En la obra Comprender y Transformar la enseñanza (Gimeno Sacristán y Pérez Gómez, 1994) indica:

 

“ Para no sucumbir a lo largo del discurso en el terreno fácil de un optimismo ingenuo, propio de posiciones idealistas, conviene partir de una constatación ampliamente aceptada: la escuela como institución social, que cumple funciones especificas y restringidas, no puede compensar las diferencias que provoca una sociedad de libre mercado, dividida en clases o grupos con oportunidades y posibilidades económicas, políticas y sociales bien desiguales en la práctica”(pág. 33)

 

Si le damos mayor aumento al catalejo, los docentes chilenos defienden sus arraigadas concepciones ideológicas de carácter pedagógico, social y también políticas, y se convierten en el aparato cultural más sensible de la reforma educativa., y que por lo mismo, se le sigue avalando intervenir y reaccionar aunque bloqueen los escenarios más simples y significativos para un debate abierto y racional al interior de sus salas de clases.

 

Los docentes chilenos, que serian mejor llamados profesionales de la transferencia de la ideología cultural y sociopolítica de turno no han tenido la oportunidad de levantar un discurso divergente y menos aun distinto de un estado benefactor pero que sigue controlando los códigos culturales que se entregan en la escuela chilena, cualquiera sea su ubicación en la división de clases existente en Chile.

 

¿ Ya no creen en los discursos sino en las acciones?,

¿ Ya no piensa que “la escuela es una comunidad de vida y la educación una continua reconstrucción de la experiencia”( Bernstein, 1987, pag 47)?.

 

Al parecer ambas preguntas podrían correr el riesgo del olvido metodológico para adentrarnos en el tema del cual queremos ocuparnos. En este sentido, en otra línea de reflexión se puede afirmar luego de aproximadamente 10 años de Reforma Educacional a los menos tres tesis:

 

(a)       La Reforma Educativa Chilena no esta concebida como un cambio cultural explícito,  ( Tesis completa)

 

(b)       La Reforma Educativa Chilena es un barniz intelectual o también llamada Actualización a lo que ya saben hacer los docentes ( Tesis completa)

 

(c)       Los docentes chilenos son los intelectuales de la reforma educativa entonces son los filósofos o pensadores de la educación actual. .( Tesis Incompleta y deliberante)

 

PRIMERA TESIS:

 

La Reforma Educativa Chilena no esta concebida como un cambio cultural explícito,

 

La primera tesis requiere algunas precisiones de carácter etimológico y conceptual, y en segundo orden tomar posición de acuerdo a la intencionalidad del discurso. La palabra cultura en etimológicamente cultivar, de ahí la extendida y cotidiana interpretación que aprendemos de niños en Chile “ hay que leer para ser culto”, “ los hombres cultos estudian en la universidad”, y “ agregar acepciones del estilo “ esa dama o señor es culto”.

 

En otros diccionarios de filosofía se pone énfasis en que es un sinónimo de Civilización. Esta fue la explicación que entrega Splenger...” cultura es una civilización en su estado creador”. Otros hacen una distinción entre cultura y civilización y cultura, donde la primera es el efecto que causa el desarrollo y la expresión personal (arte, ciencia, religión) las instituciones mientras la segunda se identifica mas con las conquistas materiales y la organización social.

 

Pero este ensayo se hará cargo de la concepción de cultura que define Antonio Gramsci, filosofo italiano, que en muchos casos de los directivos de la Reforma Educativa chilena fue parte de sus cátedras aunque luego los abandonaran estratégicamente como ocurre hoy en la conducta habitual de los reformistas (utilizo reformismo en el sentido más estricto de los escritos de la izquierda revolucionaria o extraparlamentaria). Aquí no existe correlación entre cambio y revolución ni siquiera reinvención.

 

Gramsci, desde nuestra perspectiva filosófica educativa es no solo una arista del poliedro de como entender las transformaciones educativas sino que por el contrario, es el espectador y consciencia de una Reforma Educativa que no, logra reencantar las practicas de los docentes en nuestro país.

 

Hablamos de una falta de explicitar el cambio cultural que trae como efecto una reorganización curricular y de la concepción de la educación en un país. En el trasfondo Gramsciano, la cultura es el esclarecimiento de los mecanismos y modos de realización de la hegemonía por parte de la clase dominante(tanto financiera como intelectual) y las formas de enfrentarlas. Y esta en el centro de la discusión de la primera tesis porque la pedagogía requiere una explicación de su acción y no una retórica de su romanticismo o caer en el peligroso pragmatismo, sino transformar la educación en lo que esta en la conciencia de todos los docentes: cual es la filosofía de la educación y esta es la filosofía de la práctica.

 

El docente es un actor de las palabras y de las imágenes, pero no es neutral a la sociedad donde vive.

 

•          ¿ Se le ha explicado al docente chileno que concepción de hombre esta detrás de esta reforma financiada por un banco que tutela la economía mundial?

•          ¿ Es más simple hablarle del cambio cultural sin apellido o neutral?.

 

Muchas preguntas que no están en la palestra de la discusión pedagógica ya que la mera creatividad no reemplaza automáticamente el modelo económico sobre el cual se espera intervenir con una cultura llamada de la participación, llamada del dialogo. Si ni siquiera se han cerrado las historias que provocaron un hoyo negro (interregno democrático electoral) histórico de 17 años producto de la dictadura militar.

 

Él filósofo de la educación se cuestiona por los cambios culturales que implica los nuevos haceres y quehaceres en una sociedad que se rearma luego de una crisis institucional.

 

“El docente es por esencia un sujeto de acción y reflexión y no un reproductor de informaciones que están siempre mas a la mano en Internet, la televisión y los diferentes medios de comunicación. Por antonomasia es el filosofo de la reforma educativa en marcha, con todas sus dificultades pero con los espacios que le permitan hacerla propia, es decir, que le muestre ser protagonista de una concepción que le entrega identidad ideológica y cultural a sus competencias profesionales. Y no una pieza mas de la acción de quienes piensan aun por los demás, como ocurría en epocas pretéritas.

 

Concebimos a un filosofo de la educación como una corriente de profesionales que de forma colectiva mira y se mira desde sus prácticas escolares y corrige el norte cultural de sus errores solo en función de asumir que educamos y no estandarizamos para que la libertad y la participación sean un síntoma de una cultura de la práxis o de la acción.  Basta sentirse constructor de nuevos haceres y quehaceres que vinculados sean la marea de una nueva cultura escolar y social.

 

Segunda Tesis

 

La Reforma Educativa Chilena es un barniz intelectual o también llamada Actualización a lo que ya saben hacer los docentes

 

Recogemos una visión Latinoamérica que cobra vigencia para parafraseando a Marietegui: 

a tiene en el mantenimiento de la ignorancia del indio el mismo interés que en el cultivo de su alcoholismo. La escuela moderna -en el supuesto de que, dentro de las circunstancias vigentes, fuera posible multiplicarla en proporción a la población escolar campesina- es incompatible con el latifundio feudal. La mecánica de la servidumbre, anularía totalmente la acción de la escuela, si ésta misma, por un milagro inconcebible dentro de la realidad social, consiguiera conservar, en la atmósfera del feudo, su pura misión pedagógica. La más eficiente y grandiosa enseñanza normal no podría operar estos milagros. La escuela y el maestro están irremisiblemente condenado a desnaturalizarse bajo la presión del ambiente feudal, inconciliable con la más elemental concepción progresista o evolucionista de las cosas. Cuando se comprende a medias esta verdad, se descubre la fórmula salvadora de los internados indígenas. Mas la insuficiencia clamorosa de esta fórmula se muestra en toda su evidencia apenas se reflexiona en el insignificante porcentaje de la población escolar indígena que resulta posible alojar en estas escuelas.

La solución pedagógica propugnada por muchos con perfecta buena fe, está ya hasta oficialmente descartada. Los educacionistas son, repito, los que menos pueden pensar en independizarla de la realidad económico-social. No existe, pues, en la actualidad, sino como una sugestión vaga e informe, de la que ningún cuerpo y ninguna doctrina se hace responsable.

Al leer al Amauta, no hemos enseñado a plantear el problema educativo popular en nuevos términos. Hemos dejado seguido considerándolo como problema moral sin reconocerlo concretamente como problema social, económico y político. Y entonces lo hemos ocultado de claridad demarcación..

 

 

Tercera Tesis

 

Los docentes chilenos son los intelectuales de la reforma educativa entonces son los filósofos o pensadores de la educación actual. .

 

El problema es confundir -empezando por sus promotores- Educación para la Ciudadanía con religión, ética y filosofía.

La Ciudadanía debe formarse (también en la escuela y en toda la educación) independientemente de la opción religiosa de los alumnos y no sustituye a la filosofía, si acaso la completa.

La filosofía debe estudiar las ideas y alentar el pensamiento crítico mientras la Ciudadanía debería preparar a los jóvenes para ser mejores ciudadanos.

Su materia, en mi opinión: un conocimiento intensivo y crítico de la sociedad a la que pertenecen, el análisis de sus valores (los sociales, no los gubernamentales ni territoriales) y el desarrollo del conocimiento y uso de los derechos y obligaciones ciudadanas.

Algunos de esos elementos subyacen en el programa. La comunidad educativa y los profesores deberían participar activamente en la definición final para evitar su conversión en propaganda del poder o reduccionismo moral.

Entonces la filosofía, la ética y los filósofos posiblemente estarían más presentes en las mentes de los alumnos y la sociedad.

Pensamiento crítico y voluntad. Sin exclusión. Ante tanta corrección política, tanto emotivismo y tanta confusión, los filósofos, sabios de la república, también tienen su parte de culpa en su fracaso social.

Este gobierno habla mucho y escucha poco. Pero el silencio de los filósofos chilenos en la vida pública es desde hace años un síntoma de su irrelevancia.

Sin una crítica sobre su acción y posición, mal comenzamos. La filosofía es pensamiento crítico. Obviar los propios problemas no revela espíritu crítico. Resignarse a la banalidad de su acción es la derrota de la voluntad ética.

Familias, medios de comunicación y políticos tienen la culpa, según algunos.

¿Y los profesores filósofos? Es posible un fracaso tan grande de la política educativa y de la educación en Chile sin mácula para ellos.

Eso es la filosofía hoy y posiblemente la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que comienza con la apelación a habilidades psicológicas y emocionales para luego pasar a contenidos éticos rayanos en lo políticamente correcto, pero lo incorrecto parece no existir.

¿Dónde están los filósofos chilenos ?

¿Es capaz el público (no digo el gran público, sino simplemente el culto) de citar tres nombres de filósofos chilenos contemporáneos más allá de Juan Gomez Millas? ¿escriben en los diarios? ¿están y son influyentes en internet, donde el debate de ideas ya anida?

 

La filosofía después de Nietzsche necesita el genio de la literatura. Desde que Zaratustra asesinó a Dios sólo el verbo humano nos libera.

Desde la Revolución Francesa es el estado quien educa políticamente a los ciudadanos, para bien y para mal. Después de los totalitarismos cosificadores del siglo XX, la sociedad del bienestar reconvertida en sociedad del ocio prefiere la autoayuda a la disciplina crítica.

¿Dónde está la sociedad chilena, sus fuerzas populares y culturales, y qué papel desempeñan en ella los filósofos y los profesores?

Un poco más de método socrático, y por ahí Demócrito, para aterrizar, por favor.

 

 

Viña del mar, Otoño 2004

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