Esa cuestión de la Convivencia
El conocimiento nos hace, tarde o temprano, más sabios. A veces los descubrimientos se adelantan a nuestra capacidad moral o ética para entenderlos, como ha sucedido en su momento con la energía nuclear, pero siempre llega el momento en que tomamos conciencia de su valor, su peligro y su utilidad. El conocimiento siempre encuentra la forma de hacerse conocer como se debe.
Hoy sabemos que el aprendizaje es un proceso complejo, y que la enseñanza no pasa por un único canal de comunicación ni por un solo código. Aunque la palabra nunca dejará de ser el instrumento más poderoso del que disponemos para comunicarnos y aprender unos de otros, asumimos que el aprendizaje es diverso por lo tanto la enseñanza debe, diversificarse. Parte del conocimiento que circula entre el alumnado se refiere a la actividad instructiva, los contenidos curriculares, los procedimientos para adquirir información, fijar conocimientos, resolver problemas, etc. Sin embargo el gran tema que los nuclea, es el referido a ellos mismos, como personas, como niños y adolescentes que están descubriendo en alguna medida, un nuevo mundo al que se deben enfrentar solos, porque nosotros los adultos tenemos tan atomizados nuestros conocimientos, que estas cuestiones no nos interesa y ni siquiera podemos detectarlas con claridad. Se hace necesario adoptar una perspectiva amplia, que admita la participación de un conjunto grande de factores y actores para abordar los nuevos problemas que presenta la convivencia en el aula y en la escuela. Es función de los líderes de calidad en las organizaciones velar para que la palabra y la acción se conjuguen a pesar de todo.
“Vigosky decía, se debe entender que la postura de un aprendizaje constructivista, no debe ser una actividad individual, sino más bien social, es decir, que el alumno aprende de forma más eficaz cuando lo hace en un contexto de colaboración e intercambio con sus compañeros, en donde hay mecanismos de estimulación, como son las discusiones en grupos y el poder de la argumentación en la discrepancia entre alumnos que poseen distintos grados de conocimientos.” Y si de construcción hablamos la convivencia no va a producirse si tan solo la enunciamos, hay que concretarla con acciones que vayan más allá de las palabras.
En concordancia con estas posturas, en el Colegio del Centenario llevamos a cabo un proyecto desde el año 2001, en el cual conjugamos el accionar de disciplinas, Educación Física, Educación Artística, que desarrollamos en el campo de la praxis, sumado a ello el Espacio curricular, Proyecto Orientación y Tutoría que intenta reafirmar en el aula, lo expresado en el campo. Tan solo este año llevamos realizados cinco jornadas de convivencia, con alumnos de 8º años. Mientras que en años anteriores realizamos jornadas y campamentos.
“Simplemente, y a título ilustrativo, creemos que puede ser interesante las conclusiones de una investigación empírica desarrollada por G. Philips, indagando en qué medida se retiene el aprendizaje de acuerdo con la metodología de adquisición. El estudio sostiene que se retiene un 10% de lo que se escucha, un 15% de lo que se ve, y un 20% de lo que se ve y escucha simultáneamente (esto explicaría por qué, lo que decimos a nuestros hijos y alumnos les resulta tan fácil de olvidar, y que la televisión suele impactar el doble que las clases expositivas). El mismo estudio afirma que retenemos un 80% de lo que experimentamos activamente y un 90% de lo que enseñamos a otros”.
Por ello, desarrollamos un proyecto denominado “el arte de jugar en la naturaleza, junto a…” porque creemos que, Cuando los jóvenes trabajan en proyectos incentivadores, que permiten escapar a la rutina, disminuyen y a veces desaparecen las diferencias – e incluso los conflictos entre los participantes se reducen. Esos proyectos, valorizan los puntos de convergencia por encima de los aspectos que separan, y dan origen a un nuevo modo de identificación.
En esta oportunidad nos conjugamos en experiencias interdisciplinarias con una idea de acciones cooperativas, que tiendan a la búsqueda de la construcción de la convivencia.
De hecho “aprender a vivir juntos” implica también renovadas exigencias tanto para docentes, como para la formación de los futuros ciudadanos, puesto que, como el alumno está en contacto con otros, debe construir la convivencia, no es fácil, pues todos tenemos características que nos hacen particulares, lo importante es saber manejarlas e intentar promover un fuerte compromiso personal y colectivo a favor de la integración social y generar posibilidades, pautas, acciones y formas de educar para la participación de todos.
Dimensiones del Proyecto (sintético)
Al ser tan compleja la formación de los educandos, y a los efectos de lograr integralidad, hemos distinguido diferentes dimensiones, las cuales nos proporcionarán las oportunidades de acercarnos a los objetivos planteados, y a la vez direccionar el accionar a partir de núcleos temáticos.
Corporeidad
En palabras de ALVES (1997), las acciones humanas se manifiestan y se expresan corporalmente cuando se piensa en la multidimensional dad del sujeto. Se vuelve a mirar, en primer lugar, hacia la corporeidad.
SANTIN (1987, 1990, 1992, 1996) afirma que la corporeidad, bajo el punto de vista filosófico, no corresponde a un elemento mensurable, sino a una imagen que construimos en la mente. Luego de consultar diccionarios y manuales, concluye que éstos son ambiguos al definir lo que es corporeidad: "la calidad de ser corpóreo", o "aquello que constituye el cuerpo como tal", o simplemente, como "la idea abstracta del cuerpo". Por lo tanto, "la corporeidad sería la propiedad básica que nos garantiza la comprensión del cuerpo" (1990, p. 137).
Juegos Cooperativos
Los Juego Cooperativos surgen de la preocupación en la excesiva valoración que la sociedad y en especial la Educación Física atribuye a la competición. Considerada un valor natural y normal de la sociedad humana, la competición se transfiere hacia nuestro" JUEGO-VIDA". Competimos en distintos espacios, contra personas, en momentos en los cuales no deberíamos, como si ésa fuese la única alternativa.
Lejos de ser una característica particular e inherente al Hombre, la competición, así como la cooperación, son valores aprendidos (Orlick, 1989). A la vez, nuestra sociedad y nuestro sistema educativo se sustenta y tiene perpetuado exclusivamente una ética competitiva, Según Orlick (op. cit. p. 19), a nuestro entender de dudoso valor educativo.
"(...) no enseñamos a nuestros niños a amar lo aprendido; nosotros les enseñamos a que se esfuercen para conseguir notas más altas. No les enseñamos a los niños a amar los deportes; nosotros les enseñamos a ganar partidos".
Coeducación
Si el alumno percibe una concepción coeducadora de su profesor y un clima motivacional orientado a la tarea, las orientaciones de metas de los discentes puede que se vea modificada y orientada más hacia la tarea que hacia el ego.
La concepción coeducadora, implica que el docente valore delante de los chicos/as los rasgos positivos de las conductas femeninas y masculinas haciendo entender que no se trata de eliminar formas de comportamiento que tradicionalmente han sido consideradas como masculinas o femeninas. Coeducar implica interaccionar entre los sexos con el objetivo de superar los estereotipos y las discriminaciones
Actualmente, el hecho de utilizar grupos mixtos, no generaliza la igualdad de oportunidades por razones de sexo. La realidad se nos presenta enmascarada porque detrás de lo que vemos hay un mundo lleno de prejuicios, estereotipos, valores, normas y tradiciones.
Convivencia
La escuela no ha modificado en esencia sus principios y métodos vigentes desde finales del siglo XIX, y ya estamos en el siglo XXI. Los valores de la autoridad y la disciplina siguen imperando sobre la interactividad, característica necesaria en el proceso de aprendizaje.
La convivencia es un intento de equilibrio entre todas las acciones que se producen en la escuela, porque las diferencias generacionales producen ciertas tensiones entre los agentes, y deben ser contempladas, y revisadas continuamente. Se necesita de la articulación positiva entre docente – que enseña- y alumno –que aprende-, para que se produzca el proceso educativo.
Para ello, utilizamos los medios y contenidos que los espacios curriculares nos proporcionan como:
Actividades en la Naturaleza.
Jornadas de Convivencia.
Jornadas Deportivas recreativas.
Actividades Estético Expresivas.
Charlas Debates.
Medios expresivos en diferentes lenguajes.
Formación y orientación en el Liderazgo.
No cabe duda que en las organizaciones, como grupos humanos que son, las relaciones interpersonales y la incertidumbre del entorno en el cual se mueven, genera tóxicos, situaciones de estrés, heridas psicológicas normales del trabajo, que tenemos que reconocer como inevitables, envidias, rivalidades, persecuciones etc.( hace falta una buena desintoxicación para que esa cuestión no destruya la institución)
Desde una perspectiva superficial, estas pueden parecer patológicas y en cierta medida lo son. Pero desde otra, pueden verse como situaciones que utilizando la creatividad y el mejor desarrollo, pueden mejorarse. Es responsabilidad de la escuela y de sus actores, que entienden el peligro que esto puede acarrear, y tenemos la obligación de tratar de neutralizarlas, con acciones pertinentes.
Prof. Juan Carlos Díaz
Lic. En Educación Física
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fundacionevolucion.org ar
oara que ingreses y conozcas nuestro trabajo
cariños
Ani
No estoy en tu área, específicamente, pero estoy dedicándome a capacitar y poner en funcionameitno proyectos de aulas virtuales y plataformas educativas a nivel escolar, o sea que tomo un poquito, todas las áreas. (Y comparto las preocupaciones, dificultades y logros de todos mis compañero/as docentes).
Espero que podamos intercambiar comentarios y experiencias enriquecedoras y sobre todo, Juan Carlos, aprovechar este espacio virtual para construir un sincero vínculo de amistad. Hasta proto, Juan Carlos! -Ana María