Lic. Irma Liliana del Prado
Educar es un proceso por el cual los niños logran obtener progresivamente un desarrollo integral en todas sus etapas de maduración. Sensibilizarlos por el respeto hacia la vida es una excelente manera de hacerlos reflexivos y conscientes de su responsabilidad para conservar a la naturaleza y proteger a las distintas especies de animales no sólo por la significación que conlleva, sino por la propia supervivencia.
Si bien es verdad que en los últimos años existe una mayor sensibilidad respecto a los animales y sus derechos, también es verdad que persisten muchos lugares comunes y actitudes que poco tienen que ver con el respeto.
Si tienes el deseo de tener una mascota pero dudas de que eso pueda ser perjudicial a tu hijo, pues no vaciles. Tener una mascota en casa puede ser algo muy educativo para los niños. ¿Y quiere saber el porqué?
* Estimula la afectividad del niño.
* Genera actitudes de responsabilidad (tienen que sacarlos a pasear, darles de comer)
* Ayuda a que los niños sean más sociables.
* Potencia la sensibilidad del niño.
* A las mascotas hay que darle cariño, nuestro tiempo (tenemos que sacarlo a pasear en el caso de los perros, hay que jugar con él y enseñarle buenos hábitos), dinero (alimentación, veterinario, accesorios) y un espacio exclusivo para él en nuestra casa.
Un animal de compañía educa al niño
Tener un animal de compañía en casa puede ser algo muy educativo para los niños. Aunque pueden generar muchas molestias, las mascotas potencian el lado cuidadoso de los niños. Ellos pasan a ser más cariñosos con los animales, plantas y personas favoreciendo su sensibilidad. Los niños quieren tener un animal en casa porque lo ven como un juguete más, pero que se mueve y hace cosas por sí mismo.
Tenemos que enseñar a nuestros hijos a tratar a los animales con cuidado y respeto haciéndoles ver que un perro o un gato no son un juguete sino que necesitan cuidados como ellos. Por ejemplo, la higiene.
Los beneficios de crecer con una mascota en la familia están reconocidos mediante diferentes estudios de psicología infantil y ambas entidades consideran que fomentar el respeto a los animales desde la educación infantil, también favorece el desarrollo de la personalidad del niño.
La relación directa entre los animales y los niños ayudan a estos últimos a desarrollar sentimientos de reciprocidad, respeto y protección hacia un ser desvalido, a salir de su natural egocentrismo infantil, a empezar a compartir.
Su utilización en terapias bajo control médico ha obtenido brillantes resultados, especialmente por el grado de incondicionalidad que se aprecia en las relaciones entre los niños y los animales.
Valores como la responsabilidad, la tolerancia, la solidaridad y el civismo, también se propician y potencian, aunque aquí interviene de forma determinante el adultos responsable de la educación del niño.
Es imprescindible promover la tenencia responsable de animales para favorecer estos valores.
La falta de esta responsabilidad produce el rechazo de aquellos que no han elegido convivir con un animal.
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