Este cuento lo escribí para una amiga en un día triste para ella, pero está inspirado en Raúl, un niño de 2 años que afrontaba sus primeros días de cole, que para él fueron muy duros.
Habla de cómo nos sobreponemos ante los reveses inesperados de la vida, de la capacidad del ser humano para reinventarse y salir siempre adelante:
CUENTO CON FINAL FELIZ PARA UN DIA TRISTE:
“Erase una vez un niño feliz con una vida feliz de niño feliz. De repente un día, y sin que nadie le consultara, su vida feliz de niño feliz cambió.
De un día para el otro todo a su alrededor era diferente, hostil. Buscaba pero no encontraba todo aquello que hasta ahora hacía que su vida fuera una vida feliz de niño feliz.
Quería huir, salir de aquella nueva vida que le habían impuesto pero no sabía cómo hacerlo; sólo le quedaba gritar, llorar desconsoladamente y patalear. Pensó que si gritaba fuerte e incesantemente saldría de aquella pesadilla y volvería a su vida feliz de niño feliz, pero no fue así. No entendía nada.
Fue entonces cuando poco a poco y sin saber por qué –seguramente su alma de niño feliz que quería volver a serlo- se empezó a decir que tenía que estar “contento”, y comenzó a repetírselo a sí mismo continuamente. Decía “Raúl contento”, con la cara llena de lágrimas.
Seguía llorando, pataleando y luchando por salir de su particular pesadilla; pero al tiempo se repetía a sí mismo: “¡¡Contento!!”.
Los días pasaban y no volvía a su anterior vida de niño feliz, pero mientras se sequía diciendo a sí mismo “¡¡Contento!!”, el niño feliz que tenía dentro iba cobrando fuerza y superando la adversidad. Hasta que un día, sin saber cómo, se encontró realmente “CONTENTO”.
Su vida ya no era la de antes, había cambiado para siempre, pero podía seguir siendo un niño feliz con una vida diferente pero feliz, porque eso era lo que era y lo que quería ser: UN NIÑO FELIZ!”
Dedicado a Silvia y Raúl
Comentarios