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Agregado por Natalia Gil de Fainschtein
por Natalia Gil de Fainschtein Agregó abril 29, 2008 a las 5:33pm 8 comentarios
por Natalia Gil de Fainschtein Agregó abril 29, 2008 a las 5:45pm 4 comentarios
Excellere brinda desde 2008: Servicios gratuitos para docentes. Asesoramiento y materiales para la mejora de la calidad educativa.
El aprendizaje afectivo enseña a los alumnos a trabajar para la excelencia.
¿Que es la excelencia? Es simplemente esto: Haz lo mejor que puedas, encuentra tu manera, utiliza tus talentos .
Un docente trabaja para la excelencia se diferencia del docente perfeccionista por una cosa:
El perfeccionista cada vez que se equivoca SUFRE, el que trabaja para la excelencia MEJORA.
Si Ud. se considera un docente perfeccionista seguramente se sienta agotado, irritado, muchas veces defraudado. Porque el perfeccionismo nace con el MIEDO. Tenemos miedo a errar, a fracasar, al ridículo a no ser perfectos. Este ideal nunca se podrá concretar porque la perfección existe en Dios únicamente, y nunca seremos Dios. Todos los miedos del perfeccionista, el pánico a errar, nacen del miedo básico que es “miedo a no ser aceptados, valorados ni amados”. Creen que si son perfectos los van a amar, si su trabajo esta perfecto, los van a querer más. Por este motivo equivocarse los hace sufrir tanto, por eso evitan el error. Estas actitudes perfeccionistas se enseñan a los alumnos .Exigen de ellos perfectos desempeños, penalizan el error y les muestran que hay un único resultado posible . La innovación, la creatividad no son buscadas ni celebradas por las personas perfeccionistas, porque las viven como amenazas, las desestructuran.
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El docente que enseña con afecto lleva en su interior AMOR.
El amor genera palabras inspiradoras, con sus acciones abre las mentes y el corazón de los alumnos. Se siente feliz, entusiasta, siente admiración por sus alumnos y colegas, es solidario y empático. El pensamiento del docente que enseña con afecto que busca la excelencia educativa es flexible. Sabe que existen muchas y diferentes maneras de llegar a un resultado, estimula para que cada alumno encuentre su manera particular de aprender, de resolver un problema, de pensar.
Los docentes perfeccionistas exigen de los alumnos tener un desempeño perfecto. Los docentes que enseñan con afecto les enseñan a trabajar para la excelencia.
Los docentes perfeccionistas utilizan un “marcador resaltador de errores” con frecuencia, para mostrar los desaciertos, lo que falta de los alumnos .Cada falla, error es penalizado con un punto menos en la calificación, o “por errar no iras a la bandera, no saldrás al recreo, hoy no serás el secretario del curso”. Por errar se paga un alto precio.
La suspensión del recreo por no terminar una actividad o por equivocarse, es una de las decisiones más errónea que toman en ocasiones los educadores. Un estudio publicado en el mes de marzo de 2009,en la revista Pediatrics, investigó la relación existente entre el recreo y la conducta en el aula en alrededor de 11.000 niños, entre 8 y 9 años. Los niños que tenían mas de 15 minutos de recreo diariamente demostraban tener también mejor conducta en clase y mayor rendimiento académico, que los que tenían menos tiempo de recreo. La doctora Barros, pediatra y profesora asistente de clínica en el Colegio Albert Einstein, quien condujo la investigación ,dijo “Debemos entender que los niños necesitan recreo porque el cerebro necesita descanso , el recreo debería formar parte del curriculum”. Para revalorizar el recreo y mostrar a los educadores que son tan necesarios como las horas de clase en una entrevista con el New York Times afirmo:”No se castiga a un niño obligándolo a perderse la clase de matemáticas y tampoco se lo debería castigar privándolo del recreo”.
El docente que enseña con afecto, utiliza con mas frecuencia un “marcador resaltador de aciertos “. Resalta los logros, lo que hay, los aciertos, los talentos, la creatividad, las ideas .Muestra los errores pero no los penaliza, los utiliza para aprender, sabe que el error es parte del proceso de aprendizaje, así que lo acepta como algo natural y esperable. No le teme.
El docente perfeccionista utiliza la amenaza y el miedo para controlar las situaciones. Infunde miedo en los alumnos. Usa las criticas, comparaciones, para que los alumnos mejoren. Utiliza la queja y el enojo para mantener el orden del aula.
El docente que trabaja para la excelencia utiliza el afecto para conectarse con los alumnos y transmitirles la visión, adonde quiere llegar. Usa el entusiasmo para motivar, los elogios para fomentar buenas conductas, celebra los aciertos, da feedback permanente a los alumnos.
El afecto expande, libera, crea nuevos aprendizajes.
HASTA LA PRÓXIMA .Mariana de Anquín
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