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Agregado por Natalia Gil de Fainschtein
por Natalia Gil de Fainschtein Agregó abril 29, 2008 a las 5:33pm 8 comentarios
por Natalia Gil de Fainschtein Agregó abril 29, 2008 a las 5:45pm 4 comentarios
Excellere brinda desde 2008: Servicios gratuitos para docentes. Asesoramiento y materiales para la mejora de la calidad educativa.
Breve introducción y presentación.
¿Por qué escribir un libro sobre duelos escolares?
“Habría que preparar a los niños para la muerte mucho antes de experimentarla, tanto si se trata de su propia muerte, como de la de otra persona”
Elizabeth Kübler Ross
Desde el principio de los tiempos vida-muerte ha sido algo con lo que los hombres estamos en contacto. Nuestra educación se ha centrado en la vida, en sus etapas. Por temores o por no saber bien como hablar del tema, la muerte fue dejada de lado, negada, ocultada y muchas veces padecida como algo terrible o malo.
Actualmente y en nuestra sociedad, esta negativa se hace más fuerte, donde no sólo la muerte es negada sino también todo posible cambio natural que nos lleve a pensar en ella, así pues, muchos de nuestros líderes de opinión se niegan a envejecer, proliferan productos que prometen alargarnos la vida, evitar el dolor o mantenernos jóvenes por siempre sin esfuerzo alguno.
Si entendemos la vida como una sucesión de cambios y comprendemos que, metafóricamente, cada cambio evolutivo nos pone ante una muerte simbólica, entenderíamos la vida como una serie de muertes seguidas cada una por un nacimiento, es decir, debemos dejar morir al que gatea, para que el que camina erguido pueda nacer. No con esto decimos que no hay que cuidarse para estar en estado de salud y Calidad de Vida.
Muchas muertes que se viven tiene que ver con pérdidas de lugar social, de trabajo, de salud… y ahí nuevamente repetimos el esquema que vivimos… o sea nos alejamos lo más que podemos y miramos en otra dirección.
Lamentablemente, aunque vivamos en una permanente negación, tarde o temprano contactamos con la muerte cuando nos golpea la puerta y tenemos un hecho doloroso en nuestro entorno aunque incluso muchas veces ahí también la neguemos.
Hay que reconocer que en los ámbitos escolares también fallecen personas por diferentes circunstancias, brindar información clara y precisa, sin ser alarmistas y dejando abierta líneas de escucha ayudarán a que, entre todos, podamos empezar a hablar de la vida y la muerte.
Dentro de un marco de la psicología, pero no exclusivo de ella, surge en la década del 70, el concepto de la “Nueva Tanatología”. Idea que prendió rápidamente en distintos lugares del mundo, principalmente en España y México donde se preparan personas para encarar el tema de la muerte, los duelos y la vida. Surge así la formación como Tanatólogo, que aún hoy en la Argentina no tiene título oficial, pero que define aquellas personas que tienen una capacidad para abordar sanamente esta temática. Dentro de los tanatólogos se encuentran psicólogos, médicos, enfermeros, docentes, abogados, religiosos y todas aquellas personas que por su ubicación dentro de la sociedad toman contacto con la muerte en sus distintas variantes.
Dentro de la tanatología, si bien el tema es la muerte, la base es llegar bien a ese momento, es allí donde se para fuertemente en la valorización de la existencia y conecta con el aprender a disfrutar de la vida, hablamos acá de tomar concreto concepto de “calidad de vida”. Acá ya empezamos a desarrollar no sólo de duelos por muertes, sino de todos aquellos hechos que vivimos como pérdidas. Estar conectados a la vida y buscar de una manera resiliente las salidas a los problemas nos aleja de pensamientos que puedan llevarnos incluso a provocar nuestro propio fin.
En este sentido, la nueva tanatólogía se toca con la psicología positiva, ya que al hablar de calidad de vida debemos poder preguntarnos sobre las cosas que nos ocasionan bienestar emocional y así poder incorporarlas como herramientas en el proceso del duelo.
La psicología positiva aparece en la década del setenta junto con la elección de Dr. Martin P. Seligman como director de la APA (American PsychologicalAssociation) pues junto con otros profesionales se había estado preguntando sobre las cosas que contribuyen a nuestro bienestar psicológico, alejándose de este modo del modelo médico patologizante que solía buscar diagnosticar y comprender la enfermedad para así abordar su cura. En este caso no habría ningún mal que apaliar, sino herramientas y estrategias para hacer más satisfactoria nuestra vida.
Los sentimientos que se expresan durante el proceso del duelo, suelen ser vividos de manera persecutoria e incluso equiparados a reacciones de carácter patológico, desde esta perspectiva, donde se comprende el aspecto positivo de la emocionalidad y la verdadera naturaleza de estos sentimientos, se busca familiarizar al docente con lo que es esperable que ocurra y de este modo bajar el nivel de tensión facilitando la elaboración de la pérdida tanto para él o ella misma como para los alumnos.
Al conectar al grupo en duelo con la vida es que estamos haciendo desde la posvención, prevención de las posibles implicancias que conlleva un posible efecto domino en grupos de adolescentes.
La educación, en todas sus variables y modalidades, no escapa de aquellos hechos que hablan de la vida y la muerte. Introducir la temática dentro de un ambiente cuidado aporta herramientas para abordar la cultura de la buena calidad de vida, del buen vivir y desde allí atender a las diversas muertes que pueden afectar directa o indirectamente el ámbito escolar.
La elaboración de los duelos es un proceso necesario en todos los ámbitos de la vida, brindar herramientas a docentes, para que éstos estén más preparados para acompañar y contener a niños y adolescentes, es una tarea importante a desarrollar ya que a través de ella estamos educando para la vida, fortaleciendo valores de respeto, compañerismo, aceptación y manejando el mecanismo de tolerancia a la frustración. O sea, un buen acompañamiento en un duelo es un buen acompañamiento para la vida. Así mismo la incorporación de estas habilidades ayuda también al docente como ser humano.
A partir de la experiencia recogida a través de años en ámbitos escolares como docentes y luego desde los gabinetes psicopedagógicos de la Dirección de Escuelas (ministerio de Educación) de la Provincia de Mendoza, es que se pudo observar que la temática de la muerte no estaba trabajada.
La idea es introducir el tema del NECESARIO acompañamiento en los duelos, y para ello de la IMPORTANCIA de la CAPACITACION que deben tener los profesionales de la educación.
Un duelo hecho a tiempo evita muchos problemas a futuro.
Cada cosa tiene su tiempo y todo lo que se quiere en la tierra tiene su hora…. Dice Eclesiastés en la Biblia, pues es muy aplicable el principio. Llorar, sentirse abatido, triste, recordar, buscar, extrañar son sentimientos y emociones que todos atravesamos en momentos de duelos y todos estos momentos tienen un tiempo, que si sabemos cuál es y cuáles son sus implicancias podremos sentirnos más seguros y confiados para acompañar a los alumnos que tenemos en nuestras aulas.
Cabe acá hacer la aclaración que nuestro concepto de duelo, si bien lo vamos a centrar más en el hecho de la muerte física, también se aplica en todas las otras pérdidas que sufrimos. Muchas veces esos cortes son los que cuestan. Todos tenemos casos que conocemos de alumnos brillantes que no pueden elaborar el duelo de dejar la facultad y están eternamente atrapados en una materia; o aquella persona que se ha separado hace ya algún tiempo y aún sigue esperando que él o ella regrese.
Cambiar de casa, de trabajo, de auto, una mejora económica, la pérdida de un objeto preciado, cuando los hombres perdemos nuestra cabellera, o cuando hombres y mujeres perdemos nuestra cintura o nuestra juventud es un duelo.
Cuánta gente no se acepta al verse vieja, o gorda o pelada….
Por otra parte nos parece necesario aclarar a los lectores que trabajar en estos temas no implica que nosotros seamos personas pesimistas, tristes o depresivos, todo lo contrario. Conocer el juego vida-muerte, haber acompañado en este tránsito a lo largo de los años a muchas personas hacen que amemos profundamente la vida, que intentemos día a día vivir con la mejor Calidad de Vida posible, que nos maravillemos con las sonrisas de los niños y que tengamos muchas ganas de dar lo mejor como profesionales.
Quien ha estado cerca de alguien en el momento de fallecer, o quien ha acompañado en su proceso de enfermedad sabe lo especial que son esos momentos. Cuando se está cerca de chicos con enfermedades limitantes para la vida, antes llamadas terminales, en su proceso final, lo que más se rescata es el valor de esa familia, la fuerza, y el amor que esos niños dan. Sentimiento que nos motiva para hablar de la necesidad del perfeccionamiento de los docentes hospitalarios y domiciliarios, y que sigamos luchando por la formación de docentes en Cuidados Paliativos, ya que son los docentes de aula los que están en las primeras etapas de las enfermedades crónicas, los domiciliarios y hospitalarios en la faceta de enfermedad, pero son los que están en Cuidados Paliativos los que acompañan en el momento final o en las terapias intensivas.
“En ninguna otra situación como en el duelo el dolor es total; es un dolor biológico (duele el cuerpo); psicológico (duele la personalidad); social(duele la sociedad y su forma de ser); familiar(nos duele el dolor de los otros) y espiritual (duele el alma). En la pérdida de un ser querido duele el pasado, el presente y, especialmente, el futuro. Toda la vida en su conjunto, duele.” J Montoya Caraquilla
A partir de este concepto de duelo, al que adherimos, hemos intentado a través de este libro, brindar herramientas útiles y para ello lo hemos organizado en diferentes núcleos temáticos que se expresaran en cada uno de los capítulos:
Las particularidades y las necesidades de la personas han ido enriqueciéndonos a lo largo de este proceso de mutuo crecimiento, así es que la modalidad de este libro, que consiste en mostrar datos de carácter científico junto con casos particulares y percepciones subjetivas en el caso por caso, hacen de esta obra, como en todo producto humano, un hecho colectivo en el que la constelación de vivencias se cristaliza en una voz que pueda servir de guía a otros caminantes.
“La vida sigue, pero no estamos muy seguros por qué. Ante nosotros, se presenta una vida diferente, una en la que nuestro ser querido ya no está físicamente presente. Nadie puede decirnos nada que nos haga sentir mejor, porque esas palabras no existen. Sobrevivirás, aunque no estés muy seguro de cómo ni tan siquiera de si lo deseas.” Elizabeth Kübler Ross
Prof. Javier Lamagrande & Lic. Jorge Omar Domínguez
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