¿Cómo y dónde aprendemos? En los años 60's, un encuesta publicada por Johnston & Rivera reveló que el 40% de personas evaluadas habían estudiado, al menos una vez, mediante el aprendizaje auto-dirigido y fuera de una institución educativa formal. Casi a fines de la década de los 70's, la OECD señalaba que el aprendizaje auto-dirigido, considerado ya como el aprendizaje informal "consciente", era responsable de casi las dos terceras partes de los esfuerzos adultos por aprender. A inicios de este siglo, Dohmen reporta que "las formas básicas del aprendizaje humano" son abordadas entre el 70% y el 90% de casos en el aprendizaje adulto mediante estrategias no reguladas, al interior de las actividades cotidianas, al margen de un aula de clases, una universidad o un curso formal de capacitación.
Con el desarrollo de la web 2.0 y el software social, se generan cambios significativos en los enfoques de las personas y en los modos de actuar, participar y colaborar. Ahora, cualquier persona puede crear contenidos y ser un "autor" en la red, tener acceso a contenidos distantes, remotos, y tener un perfil público o compartido con otras personas del mundo. Las tecnologìas, aplicaciones, servicios y herramientas generadas, las versiones "beta" que aparecen todos los días y son utilizadas como propias, permiten la construcción de plataformas y entornos para el aprendizaje. Las instituciones educativas, los sistemas oficiales, no han valorado con prontitud y suficiencia la potencia y ventajas de dicha situación. Las personas individuales, los "nativos digitales" y muchos "migrantes" sí se han involucrado intensamente en el uso de estas tecnologías, se han "apropiado" de ellas y constituyen herramientas básicas para el aprendizaje informal cotidiano.
Las redes sociales, blogs, wikis, marcadores sociales, foros, chats, entre otras, son las alternativas más acogidas por miles y millones de personas. ¿Por qué no pueden constituir un soporte institucionalizado para el aprendizaje informal? Hoy podemos hablar de "entornos personales de aprendizaje". Este concepto alude a la auto-construcción de plataformas virtuales para tener acceso a los recursos y contenidos requeridos para estudiar y aprender y donde es posible contactar "profesores informales", espontáneos, ocasionales y colaborativos que comparten necesidades e intereses de aprendizaje. Los espacios virtuales de origen institucional, por ejemplo soportados en Moodle y otras aplicaciones similares de e-learning empiezan a perder vigencia o se reorientan a escenarios más limitados. Queda por resolver el asunto de los contenidos pertinentes y significativos, aquellos que verdaderamente promuevan y contribuyan al logro de aprendizajes según quienes lo desean o necesitan.
Sugerimos revisar el artículo "
Social Software as a Tool for Informal Learning" de Nina Kahnwald (Technical University in Dresden)
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