felicidad (3)

Sabiduría. Amiga íntima. Amiga cercana.

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Sea este año 2013 un contenedor de motivaciones y emociones positivas, trascendentes, y por supuesto, un esparcidor o transferente de las mismas.

 
Favorecer y atender el nacimiento, estimulación, detección, fortalecimiento, transformación y trascendencia de la SABIDURIA en los niños, adolescentes y jóvenes es tan relevante como el desarrollo e investigación de la creatividad, talento e inteligencia CTI. Es una oportunidad para padres de familia, docentes o cuidadores.

 
Poco se habla del cómo atender y desarrollar más y mejor la sabiduría en los niños, entonces ¿por qué extrañarnos de no encontrar adultos sabios?


La sabiduría no necesariamente es un enigma en las profundidades de oriente. La sabiduría hace parte de la esencia y sentido ontológico del Ser al Hacer y al Hacer Ser. La sabiduría es civilización de la felicidad.


¿Pero cómo lograr tal propósito o cómo saber si hace parte de las cualidades humanas presentes? Comprender esta pregunta ya es un sabio paso hacia una parte de la respuesta.


Podría listarse varias estrategias o herramientas que faciliten tan magno y generoso deseo y crear un kit o cajita mágica. Todo es posible, y para algunas personas quizás sólo es cuestión de niveles de consciencia.Luego, cada kit es diferente cuando la atención es personalizada.

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La prestigiosa universidad investigó sobre qué cosas hacen más felices a las personas y descubrió una serie de claves para conseguirlo.

Conócelas.

 

Según el Barómetro de la Felicidad Mundial, realizado por WIN-Gallup Internacional, el 53% de la población se considera feliz, cifras bastante más positivas de lo esperado teniendo en cuenta que algunos factores como el desempleo y la crisis terminan por afectar estos índices. 
   
Para encontrar la preciada felicidad, las personas recurren a libros,terapias  y manuales, aunque para el divulgador científico Eduard Punset, la clave está más en tratar de reconocer aquella habilidad o capacidad que dominamos y centrar nuestros esfuerzos en ella. 

Por su parte, Antonio San José, periodista español autor del libro “La felicidad de las pequeñas cosas” sostiene que son muchos los instantes que no cuestan dinero y que nos permiten alcanzar ráfagas de felicidad. Por ejemplo, recibir una llamada inesperada.

El escritor añade también la capacidad de saber olvidar. “Cada mañana, cuando te levantas, el contador debe estar a cero", asegura.

La Universidad de Harvard también quiso investigar al respecto y descubrió una serie de claves que aplican en su “Curso sobre Felicidad”, donde enseñan a miles de personas técnicas sencillas para cambiar sus estados de ánimo. Son principalmente diez: 

Ejercicio

Para los expertos de Harvard, practicar frecuentemente ejercicio como yoga,  natación o simplemente trotar, produce el mismo efecto que un antidepresivo para mejorar el ánimo. Sólo bastan 30 minutos diarios para mejorar el humor y disminuir el estrés.

Desayuna y come bien

El desayuno juega un rol importante a la hora de medir nuestra felicidad, no por nada es considerado por los médicos como la comida más importante del día. Según los profesores del “Curso sobre Felicidad”, se han encontrado con mucha gente que se salta el desayuno porque no quieren subir de peso. Lo que no saben es que desayunar te ayuda a tener energía, pensar y desempeñar exitosamente tus actividades.  

En general, lo que te comes tiene un impacto importante en tu estado de ánimo. Al respecto, se recomienda también comer ligero cada 3-4 horas, de este modo lograrás mantener los niveles de glucosa estables.

Agradecimiento

Otro método al que recurrieron las personas del curso fue agradecer por todo lo bueno que poseen. Para ello, puedes escribir en un papel aquellas 10 cosas que te hacen más feliz. Y es que, cuando realizas una “lista de gratitud” obligas a que tu mente se enfoque en las cosas buenas.

Ser asertivo

Está demostrado que ser asertivo ayuda a mejorar el autoestima. Por el contrario, aguantar en silencio todo lo que te digan y hagan, genera tristeza y desesperanza. Di lo que piensas, pero manteniendo tu tino.

Experiencias, no cosas

¿En qué gastas más dinero? ¿Cuál es la próxima gran inversión que realizarás? Un estudio citado por Harvard concluyó que el 75% de las personas se sienten más felices cuando invierten su dinero en viajes o cursos; mientras que el 34% lo hacía comprando cosas.

Agenda y enfrenta tus retos

Diversos estudios demuestran que cuanto más postergas algo que sabes que tienes que hacer, mas ansiedad y tensión generas. Entonces, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. 

Recuerdos

El ser humano se relaciona con otras personas por naturaleza, por tanto cuando está solo siente que algo le falta. Si quieres sentirte más acompañado durante el día, la universidad estadounidense aconseja pegar recuerdos, frases y fotos de tus seres queridos en lugares estratégicos. Puedes llenar tu refrigerador, computadora y escritorio con imágenes que te hagan sentir bien. 

Se amable

¿Has escuchado cuando las personas de más edad critican que se haya perdido la costumbre de saludarse unos con otros? Saludar y en general, ser amable con el resto de las personas te permitirá enfrentar con una mejor conducta la vida, y recibir alegría gracias a ello. Solo por sonreír cambiarás tu estado de ánimo.

Zapatos cómodos

Keinth Wapner presidente de la Asociación Americana de Ortopedia, asegura que “si te duelen los pies te pones de malas”. En Harvard se recomienda mucho andar con zapatos cómodos, livianos y flexibles, sobretodo durante la época de verano, cuando hace más calor.

Siéntete guapo

¿Quién mejor que tú para decir lo lind@ que estás? El 41% de la gente dice que se siente más feliz cuando piensa que se ve bien. Dile a tu cuerpo que te gusta como es.

¿Estás listo para adaptar estas medidas a tu vida e inyectar felicidad al día a día?

Fuente: http://www.altonivel.com.mx

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Invertir en felicidad. Por Adriana Penerini

Solemos creer que la felicidad es algo que hay que encontrar, algo que está afuera y debemos conquistar, y la imaginamos a veces como una tierra donde uno llegará y plantará su propio estandarte para quedarse.
La pensamos como un punto de llegada, como un puerto.
Buscamos, buscamos buscamos. Afuera, afuera, afuera.
Entre tantas cosas que nos enseñan cuando niños, y que aprendemos casi a la perfección, olvidan enseñarnos que eso que perseguimos y que vemos como camuflado en un oasis de ambición interminable está dentro nuestro.
Está en nosotros, y no es un objeto, es una emoción que responde a estímulos a veces invisibles para otros.
Es verdad, hay que invertir en felicidad.
Pero, qué tipo de inversión es la más conveniente.
Podremos tener una felicidad directamente proporcional al crédito que nos den nuestras tarjetas de crédito?
Podremos tener una aún mayor? Dónde se adquiere, nos preguntamos, esa sensación de plenitud de lluvia sobre la playa, de domingo por la mañana, de mirada de amor.
Se adquiere? Es necesario pagar por eso?
Invertir en la felicidad, sospecho, no es llenar tres changos en el supermercado, cambiar los televisores, vestirse solo en las primeras marcas.
 

Invertir en felicidad es abrirse a la sorpresa.

Permitirse ese cosquilleo en la panza que nos produce la tentación de la risa.
Robarle a nuestro trabajo, una tarde, una hora, un ratito solo para nosotros.
Bostezar con ruido.
Es animarse a pintarse el pelo de ese color que siempre no gustó.
Es volver a saludar tres veces a nuestros hijos cuando se van de campamento.
Es tratar de decir, no solo lo que hay que decir, sino aquello que queremos decir desde hace tanto.
Es raro, pero puede hacernos más FELICES comer una bolsa de lupines que compremos a orilla del río ese del Puerto de frutos que una cena protocolar con treinta y tres cubiertos de cada lado del plato.
Es realmente raro, porque los lupines se los puede comprar cualquiera, pero a ese tipo de cenas solo van las "personas importantes".
Invertir en felicidad es preservarnos de las noticias derrotistas todo el tiempo, es dejar de repetirnos "Esto no da para más", y animarnos al desafío que significa intentar encontrar la plenitud sin buscarla en nuestro alredeor solamente, se puede ser feliz aún en medio de una crisis, no solo económica sino también anímica en la que nos veamos inmersos.
No hace falta ostentación, ni seguros de vida, ni cargos gerenciales, ni poder.
Cada persona tiene esa magia, que se despierta solo con la varita de uno y la palabra correcta.
La inversión es la búsqueda en si misma, y es el permiso para sentir, aunque más no sea por un instante, el legítimo placer de volar por un rato sin levantar los pies del suelo.

 

adrianapenerini.jpgAdriana Penerini
Escritora, Docente, Psicóloga, especialista en Maternidad, paternidad , Crianza.
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