tareas (4)

Alternativas para cambiar el modelo tradicional de aprendizaje

Descargar el artículo en .pdf

A pesar de que el debate sobre los deberes ha existido desde 1900, durante las dos últimas décadas del siglo XX parecía haber un consenso mundial a favor del valor de los deberes por parte de las autoridades educativas. En cambio, padres, profesores y expertos en la materia han aumentado en los últimos años las investigaciones antideberes (Kralovec, 2007). Muchas de estas investigaciones se han centrado en la relación entre cantidad de deberes y resultados académicos. Algunos de ellos han encontrado relación positiva, otros relación negativa y otros ninguna relación (Cooper, Lindsay, Nye & Greathouse, 1998, Cooper & Valentine, 2001). Pero los beneficios o perjuicios de los deberes no se pueden valorar estudiando sólo la relación entre cantidad y aprendizaje, ya que éste depende de muchos más factores que la cantidad de práctica.

Hace unas semanas, la Federación de Consejos de Padres de Alumnos de Francia (FCPE) convocó una huelga de dos semanas sin deberes para parar lo que ellos consideraron “trabajos forzosos”. Con el lema “Ce soir, pas de deboirs”, han abierto una plataforma que ha servido de ejemplo para otras asociaciones de padres que tampoco ven los deberes con buenos ojos. La asociación mayoritaria de padres y madres de alumnos de España, CEAPA, comparte la mayor parte de las ideas recogidas en esa plataforma y por eso lanzó un comunicado de prensa de apoyo ante la iniciativa francesa.

En el presente artículo se pretende hacer un análisis de algunas de las concepciones erróneas que tradicionalmente se han ido adquiriendo acerca de los deberes con el fin de aclarar algunas de las cuestiones que más se debaten.

1.     Los deberes no desarrollan aspectos positivos del carácter como la autodisciplina o la responsabilidad.

No existe ninguna evidencia científica que demuestre relación entre el desarrollo de estos valores y la realización de deberes en casa (Khon, 2006a). Habitualmente, tal como señala Kohn (2006b), los deberes sólo enseñan a “hacer lo que otros te dicen que hagas”.

Teniendo esto en cuenta, algunos de los valores más importantes para optimizar los aprendizajes como pueden ser el compromiso o la voluntad propia se desarrollarían mejor a través de otro tipo de tareas que partieran del interés del alumno y que se realizaran de manera voluntaria.

2.     El impacto sobre el resultado académico de los deberes es pequeño en secundaria y mínimo o inexistente en primaria.

En general, las investigaciones sobre deberes no han encontrado ninguna correlación entre los deberes y los resultados obtenidos en enseñanza primaria, y sólo han encontrado relaciones positivas en secundaria cuando las pruebas o tests los han elaborado los propios profesores (Cooper, 2001; Kohn, 2006a). En cualquier caso, y tal como se exponía en la introducción, la mayoría de los estudios se han centrado en la cantidad de práctica en relación al resultado académico.

Otra corriente de estudio, quizá más interesante teniendo en cuenta que el resultado académico depende del currículo de cada institución, de la exigencia de las pruebas, etc., es el análisis de la relación entre deberes y bienestar de los alumnos. Galloway y Pope (2007) encontraron en un estudio realizado en secundaria, que para el 67,8% de los alumnos, el estrés provocado por el colegio estaba en relación a los deberes y exámenes. Este mismo estudio señala que los alumnos dedican 3.04 horas (SD=1.40) por las tardes a los deberes, y el 56% de la muestra expresó que los deberes les había hecho abandonar las actividades o hobbies que les divertían. Por otro lado, el estudio muestra una clara relación entre la cantidad de tiempo empleado en los deberes con las posibilidades para abandonar actividades a causa del estrés provocado por los deberes, sentirse exhausto, ganar peso o dormir menos horas.

3.     La mayoría de los alumnos evitan hacer los deberes que se mandan desde la escuela.

Los niños y jóvenes habitualmente odian los deberes y frecuentemente se resisten a hacerlos (Crain, 2007). Uno de los aspectos que analizaron en el estudio de Galloway y Pope (2007) fue la utilidad de los deberes percibida por los alumnos. Los alumnos del estudio perciben una utilidad baja de las tareas que se les asignan, y además, muestran un mayor estrés y cansancio mental cuando la utilidad percibida es menor. La utilidad de las tareas no sólo es fundamental para enganchar a los alumnos al aprendizaje, sino para asegurar un mejor bienestar emocional de los mismos.

4.     Los deberes alejan a los alumnos de sus familias.

En el momento en que los alumnos se resisten a hacer los deberes, es cuando los profesores piden a los padres que tomen parte en el asunto. Se convierten, como muchos padres han expresado en “el sicario del profesor” o el “mandatareas”(Bennett & Kalish, 2007).

A pesar de que a priori los deberes hacen que los alumnos pasen más tiempo con sus hijos, algunos estudios demuestran que los deberes tienen un impacto negativo en las relaciones familiares por tratarse de interacciones tensas y frustrantes para padres e hijos, por reducir el tiempo de ocio familiar y el tiempo para dedicar a las tareas de la casa (Dudley-Marling, 2003). Estos problemas se incrementan especialmente en aquellos casos en que los alumnos no obtienen resultados favorables.

Los colegios deberían fomentar una implicación de las familias de otras formas que no sea sólo obligándoles a ayudar a sus hijos a realizar unas tareas que ellos solos no pueden hacer.

Profesora: Susana no ha terminado las tareas de matemáticas hoy en el colegio, así que se lo mando a casa para que lo termine, por favor dedique tiempo con ella haciéndolo.

Madre: Lo hicimos, pero por ese motivo no ha tenido tiempo para hacer sus tareas en casa, así que le mando algo de ropa para lavar en la escuela, por favor dedique tiempo con ella haciéndolo (Ohanian, 2007)

5.     Cuanto más tiempo se dedique a los deberes, se dispone de menos tiempo de calidad en clase.

Si analizamos las horas que dedican los alumnos a tareas estructuradas, encontramos que pasan al menos 8 horas en el colegio. Si quitamos las 12 horas necesarias para descanso y comidas, les quedarían 3 horas para el resto de actividades. Siguiendo las recomendaciones de los defensores de los deberes (10 minutos por curso) (Cooper, 2001), un alumno en 6º de primaria dispondría de 1 hora para el resto de actividades (higiene corporal, socializarse, jugar, leer…). Es difícil imaginar que después de todo el trabajo en casa, los alumnos van a estar al máximo de sus posibilidades en el aula. Según Ellsasser (2007), lo que determina el éxito no es el tiempo que dedican en casa, sino la cantidad de tiempo de calidad para el aprendizaje que se aprovecha en clase.

Además, los deberes son tradicionalmente recogidos, corregidos y asignados en clase. Si sólo se gastaran cinco minutos en cada clase a corregir deberes, un alumno con siete horas lectivas, gastaría treintaicinco minutos al día corrigiendo deberes en el colegio, lo cual supone un total de más de ciento tres horas lectivas al año.

6.     Son discriminatorios.

Los deberes tradicionales están diseñados para la familia típica de clase media de hace cien años. Padre, madre, varios hijos, con una estructura jerárquica muy determinada, y en la cual uno de los miembros (la madre) no trabaja y se dedica única y exclusivamente al cuidado de los hijos (Dudley-Marling, 2003). En la actualidad, familias donde los dos padres trabajen o familias monoparentales se encuentran en desventaja respecto a aquellas que tienen un contexto familiar similar al de la época en el fueron diseñados. Mayor es la diferencia cuando los alumnos viven en entornos socioculturales desfavorecidos (Kralovec & Buell, 2000). Lo más preocupante es que las consecuencias negativas que acarrea no hacer los deberes recaen habitualmente sobre los alumnos sin tener en cuenta que ellos no son responsables de sus propias circunstancias (Hyde, 2008).

Por otro lado, los deberes son mandados, en la mayoría de los casos, sin que los profesores tengan en cuenta la vida personal de los alumnos. Da igual si van al conservatorio de música y practican 4 horas cada tarde de piano, o dan clases de dibujo, o practican deportes.

7.     Los efectos positivos de los deberes son menores que los efectos negativos.

Según los expertos, la ventaja más importante de hacer deberes en casa es que extiende los contenidos aprendidos en el colegio más allá del recinto escolar (Marzano & Pickering, 2007).

Entre los efectos negativos de los deberes, una revisión realizada por Kohn (2006a) de las investigaciones sobre los deberes muestran que los alumnos obtienen frustración, falta de tiempo para otras actividades, pérdida de interés por aprender o perjuicio en las relaciones familiares.

Según Bennet y Kalish (2007) haciendo deberes los estudiantes ganan muy poco, si a cambio pierden tiempo para dormir, jugar, socializarse con sus amigos o dejar de desarrollar sus intereses propios, incluso si estos son académicos, creativos o sociales.

8.     La mayoría de los aprendizajes no dependen de la cantidad de tiempo dedicado.

El aumento del tiempo de estudio en casa parte de una premisa errónea que relaciona directamente la cantidad de práctica con el aprendizaje. Según Kohn (2006a), la afirmación “mayor tiempo generalmente lleva a un mejor aprendizaje” es demostrablemente falsa, ya que existen suficientes casos en los que más tiempo no conduce a un mejor aprendizaje, especialmente cuando están involucradas la comprensión y la creatividad. Tanto en lectura comprensiva como en tareas matemáticas relacionadas con las resolución de problemas se han encontrado resultados que demuestran que el tiempo de práctica no es determinante (Kohn, 2006a). Según Carole Ames (citado por Kohn, 2006a), el aprendizaje “no depende de los cambios cuantitativos sino de los cambios cualitativos en la forma en que los estudiantes se ven a sí mismos en relación a la tarea o la forma en que se involucran en el proceso de aprendizaje”.

9.     Los tradicionales deberes no despiertan el interés de los niños.

Testimonios reales: “A mi hija de primer curso le encantaban los libros y solía estar leyéndolos. Pero ahora ella raramente coge un libro que no se le ha asignado” “Mi hija no lee por placer porque ella asocia leer con los deberes y no lo encuentra divertido. Lo siente como un castigo” (Crain, 2007).

Como ya se ha expuesto en alguna otra ocasión a lo largo del artículo, los deberes suelen mandarse sin tener en cuenta a los alumnos, con lo cual puede ocurrir que en alguna ocasión se estén mandado tareas para alumnos que no necesitan una mayor cantidad de práctica, para otros a los que no les resulte útil, o incluso para otros para los que la tarea es demasiado difícil como para poder hacerla sólo.

Kohn (2007) propone como solución a este problema utilizar los deberes para involucrar a los alumnos en el proceso de toma de decisiones, ya que cree que la mejor forma en que pueden aprender es tomar decisiones en lugar de seguir directrices.

10.  Hay otro tipo de actividades que el alumno puede hacer en casa por las tardes o durante el tiempo libre.

Las actividades en casa deben ayudar a los niños a desarrollar buenos hábitos de salud, actitud positiva hacia la escuela, mejorar el gusto por la lectura y las ciencias, y favorecer la idea de que aprender no sólo es algo que se hace en el colegio (Marzano & Pickering, 2007).

En un estudio realizado en Alemania por Elschenbroich (2004), se entrevistaron expertos de diferentes disciplinas sobre una serie de experiencias o aprendizajes que tienen que tener los niños a los siete años y que poco o nada tienen que ver con las tareas tradicionales. Entre ellas se encontrarían las siguientes: querer ganar y saber perder; haber cocinado, limpiado, hecho la cama, trabajado, pasado días enteros con los padres; poder experimentar que el cuerpo flota en el agua; haber participado en una guerra de almohadas; pasar una noche fuera de casa, etc.

Las tareas que proponemos para hacer en casa o durante el tiempo libre tienen más que ver con el desarrollo de la creatividad, el descanso, la actividad física, la socialización, etc. y que parten de la voluntad y del interés del niño.

Referencias

Bennet, S., & Kalish, N. (2007) The Case Against Homework: How Homework Is Hurting Our Children and What We Can Do About It, New York: Three Rivers Press.

Cooper, H. (2001)  The battle over homework. Thousand Oaks, CA: Corwin Press.

Crain, W. (2007) An interview with Alfie Kohn, Encounter, Education for Meaning and Social Justice, 20(4), 13-23.

Dudley-Marling, C. (2003) How school troubles come home: The impact of homework on families of struggling learners. Current Issues in Education, 6(4).

Ellsasser, C. (2007) Do the Math: Redesigning homework to create more time for learning. Encounter, Education for Meaning and Social Justice, 20(4), 43-54.

Galloway, M. K., & Pope, D. (2007) Hazardous homework? The relationship between homework, goal orientation, and well-being in adolescence. Encounter, Education for Meaning and Social Justice, 20(4), 55-69.

Hyde, M. (2008) The effects of Math homework on student achievemente in the Fourth Grade. Kennesaw State University: Graduate Publications Center.

Kohn, A. (2006a) La verdad acerca de los deberes: las tareas innecesarias persisten por causa de las ideas equivocadas sobre el aprendizaje. Education Week.

Kohn, A. (2006b) The homework myth: Why our kids get to much of a bad thing.Cambridge, MA: DaCapo Press.

Kohn, A. (2007) Rethinking homework. Principal

Kralovec, E. (2007) A brief history of homework. Encounter, Education for Meaning and Social Justice, 20(4), 8-12.

Kralovec, E., & Buell, J. (2000). The end of homework: How homework disrupts families, overburdens children, and limits learning. Boston: Beacon.

Marzano, R. J., & Pickerin, D. J. (2007) The case for and against homework.Educational Leadership, 64(6),

Ohanian, S. (2007) The homework revolution. Encounter, Education for Meaning and Social Justice, 20(4), 90-97.

Licencia Creative Commons
10 razones para dejar de mandar deberes por Jose Manuel Sánchez Galán se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 3.0 Unported

Leer más…

Los que trabajamos con pre-adolescentes o adolescentes sabemos lo difícil que es lograr estimularlos para que estudien y cumplan con las tareas escolares. Algunas veces esto se debe a falta de motivación, otras veces a qué no saben cómo hacer para organizarse y casi siempre a una mezcla de ambas circunstancias. Si bien el papel de los padres es decisivo en el éxito escolar de sus hijos y en la responsabilidad frente al estudio, como docentes podemos y debemos guiarlos para que tengan hábitos de estudio. Cuando tuve la oportunidad de trabajar con jóvenes, el concientizar a los padres sobre este aspecto y comprometerlos, tanto en reuniones grupales, entrevistas y cartas al respecto enviadas en los cuadernos de comunicados, me ha dado muy buenos resultados. Especialmente cuando esto se hace en forma general (sin mencionar puntualmente a "su" hijo y a comienzo de año, antes de que se tomen las primeras evaluaciones. Un pedido muy importante para hacerle a los padres es que dispongan de un tiempo y un lugar silencioso y ordenado para que estudien sus hijos y que dispongan en lo posible del material necesario. Muchas veces las viviendas pequeñas, a veces con familias numerosas y el televisor siempre prendido atentan contra la disposición a estudiar. Si se fijan horarios y lugares que sean respetados por los familiares se ayudará al estudiante a cumplir con sus tareas. Las estrategias de aprendizaje son todo el conjunto de recursos de que dispone el alumno para poder aprender. Buena parte de estos recursos, y en especial las llamadas técnicas de estudio, son ejercitadas especialmente en la casa, en momentos en que los alumnos no tienen cerca al profesor para preguntarle y dispone de un tiempo de trabajo flexible, que puede aprovechar en mayor o menor grado. Algunos padres, en este tiempo de trabajo en casa, ejercen una influencia positiva en la formación de hábitos de estudio y en el desarrollo de la responsabilidad del joven, pero otros por falta de tiempo o de interés no atienden a estas cuestiones. Para ayudar a los alumnos con la organización de su tiempo de estudio y con el cumplimiento de las tareas acá va un ejercicio que pueden realizar en la clase. Hace muchos años lo bajé de internet de una página española y lamento no tener la fuente para citarla. PLANIFICAR EL ESTUDIO El doctor López es un cirujano con una gran autoestima: se considera un gran profesional. Ha escrito como organiza su tiempo de trabajo y tú vas a valorar si lo hace bien o mal. Califica la actitud que narra cada frase con estos parámetros: BIEN o MAL . Puedes agregar otros adjetivos. * Opero cuando tengo ganas. Mis pacientes saben que los voy a operar, pero nunca fijo fecha. * Siempre dejo el último al enfermo más difícil. Cuando le toca estoy tan cansado que prefiero dejarlo * A veces, cuando estoy en el quirófano con todo preparado, no me siento inspirado y aplazo la intervención para el día siguiente. * Muchas veces empiezo a operar y a los cinco minutos lo dejo para descansar. * A veces trabajo durante horas y horas sin descansar ni un minuto, pues he demorado tanto las intervenciones que se acaban las posibilidades de salvar a mis enfermos, pero así siempre he salvado a alguien. * En general, estoy meses sin operar, y antes de las vacaciones, opero desesperadamente. * Muchas veces me pongo a intervenir a un enfermo y no sé de qué lo tengo que operar. * En general nunca tengo mucha idea del trabajo que hay por delante, aunque sé que me esperan pacientes pendientes de operar. * A veces reservo diez horas para una intervención muy sencilla. * Otras veces sólo reservo diez minutos para hacer una operación complicada. * Cuando me llaman por teléfono en medio de una intervención, por supuesto que la interrumpo, pues seguro que será más importante que lo que estoy haciendo. Lo mismo hago si me hablan o si recuerdo algo que tengo que hacer. * Mientras estoy operando me gusta pensar en lo que haré el fin de semana con mis amigas y amigos, me sirve para hacer más llevadero el rato. * Cuando tengo que hacer una operación, no lo anoto en ningún lugar fijo, o uso papelitos que se me pierden, pero casi siempre me acuerdo. Piensa ¿Te dejarías operar por el doctor López.? Ahora vamos a hacer un ejercicio más personal: vuelve a leer las frases del cirujano, pero sustituyendo:  Donde dice operar o intervenir: cambiarlo por estudiar o trabajar.  Donde dice enfermo o paciente: cambiarlo por materia o asignatura. Al mismo tiempo, piensa si las nuevas frases dicen cosas que se podrían aplicar a tu estilo de trabajo escolar o estudio. Colocale a cada frase: SI o NO. Si el número de veces que has contestado SI es superior a cuatro deberías buscar la forma de organizarte mejor. PLANIFICACIÓN A continuación tienes unas frases referidas a la planificación y utilización del tiempo de estudio. Al final de cada una, escribe si las frases valen para vos y NO en caso contrario. CUESTIONES 1. Dejo para última hora casi todo lo que tengo que hacer o estudiar 2. No he conseguido habituarme a trabajar diariamente un tiempo fijo 3. En casa no tengo horario o agenda de estudio 4. A veces dejo sin concluir el trabajo o el estudio 5. Pierdo mucho tiempo por no haber preparado lo necesario antes de empezar a trabajar y estudiar 6. Mientras estudio o trabajo suelo tener interrupciones que me roban tiempo 7. Anoto en cualquier lugar los trabajos que tengo que hacer o los temas que hay que estudiar 8. Empiezo a resolver las tareas que más me gustan o me resultan más fáciles, y dejo para el final lo más difícil o desagradable. Si el número de SI es superior a dos, deberías dedicar algún rato a organizar su tiempo. LEYES PARA ORGANIZAR TU TIEMPO Esta actividad tiene como objetivo facilitar criterios que deben guiar la gestión del tiempo de tu estudio. Las leyes son: 1. AUTONOMIA: Podés pedir ayuda para organizarte, pero el que debe decidir y después cumplir SOS VOS. 2. REGULARIDAD: Dedicar diariamente al estudio alrededor de una hora es más eficaz que “matarse” estudiando de vez en cuando. 3. DOSIFICACIÓN (No te "agotes" las neuronas). Por cada hora dedicada a estudiar, debes descansar diez minutos, aunque no te sientas cansado. 4. EXCLUSIVIDAD: Durante el tiempo de trabajo evitá todo lo que te pueda distraer. Dejá para el tiempo libre cualquier otra cosa. Que nadie ni nada te moleste. 5. PRIORIDAD: Asigná a cada área el tiempo de forma proporcional a su dificultad. 6. ORDENACIÓN: Empezá a trabajar por las áreas que consideres de dificultad media, seguí con las difíciles y finalmente hacé las que te resultan más fáciles. Los científicos aseguran que es lo más práctico. 7. AGENDA (Dejalo todo escrito): Conseguí una agenda, que te acompañe a todas partes. Escribí en ella tus proyectos y todo lo que tenés que hacer. Tu agenda será tu jefa: ella te indicará siempre qué tienes que realizar. Pensá cómo te gustaría organizar tu propia agenda. ¿Cómo te gustaría que fuese? ¡Con qué formato te va a resultar más útil para completarla y revisarla a diario? ------------------------------------------------------------------ Natalia Gil - Lic. en Ciencias de la Educación
Leer más…

Temas del blog por etiquetas

Archivos mensuales