El Instituto de Educación Superior en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández” convoca a selección de antecedentes para cubrir el cargo de Ayudante de Trabajos Prácticos en Informática en Nivel Superior.
Requisitos:
• Título docente
• Experiencia acreditable en la enseñanza y el uso de aplicaciones (paquete de oficina, imágenes, administrador de plataforma basadas en web, entre otros)
• Capacidad de trabajo con equipos docentes como facilitador
• Disponibilidad horaria en los tres turnos de funcionamiento institucional
Los interesados deberán presentar sus antecedentes en la Secretaría General del Instituto (C. Pellegrini 1515. Retiro, Cdad. Buenos Aires) hasta el día jueves 4 de diciembre a las 20 horas.
4322-3992 / 3996 / 3998 4393- 6898 / 4132 / 7351Leer más…
Profesional pedagogo con amplia experiencia en desarrollo de cursos online: elaboración de guion con personajes, sinopsis, casos de estudio, evaluaciones, aplicaciones practicas, en la áreas de Ofimática y de Habilidades Directivas
Enviar el CV a:danieldron2007@gmail.comLeer más…
Para trabajar en: Moreno, Buenos Aires.
Publicada por: Fundación "Villa Ángela"
Misión:
Nuestra misión está centrada en la atención de personas con discapacidad mental. Contamos para eso con un Hogar y centro de dia. Asimismo, desarrollamos (entre otros) el PAAM, Programa de Prevencion del Abuso y Maltrato, brindando el servicio de forma gratuita a la comunidad.
Medio tiempo
Area de trabajo: Arte y Cultura, Asuntos sobre discapacidad, Salud Mental
Descripción:
Necesitamos un profesor/a de gimnasia de lunes a viernes por la tarde, 4 horas para el verano, urgente.
Comuncarse con Pilar Linares al 4468-1702 o 1567672594
gracias
Av. Roca 2600 , Lomas de Marilo, Moreno, Buenos Aires, 1664, Argentina
Sitio web: http://www.villaangela.org.ar
Teléfono: 011 44681702
Fax: 01144681702
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Descargue el artículo completo aquí:didactica_aula_digital.pdf
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Carlos Bravo Reyes
es Profesor en la Universidad Autónoma "Gabriel René Moreno" Santa Cruz, Bolivia
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Buscamos gente con experiencia en trabajo con niños en diferentes disciplinas artísticas ( danza, teatro, canto, comedia musical, artes plásticas, artes visuales, diseño, etc etc...)
También buscamos docentes para dar apoyo escolar.
El trabajo se realiza en San Isidro, en la villa la cava.Calificaciones adicionales:
El requisito fundamental para nosotros es conseguir gente con experiencia en el trabajo con grupos de chicos, q van desde los 6 años en adelante.
si es posible que sea de la zona.
¿Cómo postularse?
De acá a febrero estaremos tomando entrevistas. la idea es hacer la selección de gente durante este período para comenzar con los talleres en marzo/abril.
contacto: julietagarciaroldan@hotmail.comLeer más…
SE BUSCA DIRECTOR/A DE ESCUELA ESPECIAL
REQUISITOS:
Ser docente. Psicopedagoga, Prof. de Educación Especial o Licenciado en Ciencias de la Educación.
Preferentemente con experiencia en gestión.
Dedicación horaria para cubrir cargo de jornada completa.
Edad: preferentemente entre 35 y 50 años.
ENVIAR CV por correo electrónico a:
direcciongral@ard.edu.ar
Colegio WARDLeer más…
Como especialista en el ámbito de la docencia y de la pedagogía, me causan constante
asombro las técnicas que utilizan nuestros docentes y nuestras instituciones educativas
con la intentada finalidad de educar y formar a nuestros alumnos. De hecho, si nos
remitimos a la consideración del aspecto funcional de la educación de los países de
occidente, la misma parece ejercer más una función de adiestramiento o al menos de
instrucción que una función de educación propiamente dicha. Para avanzar en el
desarrollo de nuestra tesis debemos primeramente realizar un esbozo de lo que significa,
al menos elementalmente, Educar y Adiestrar.
¿Qué es educar?
Somos concientes que la respuesta a esta pregunta puede requerir el espacio de todo un
volumen, por lo cual vamos a tratar de rescatar solamente la noción mas elemental y
básica sobre lo que es educar de tal manera que nos sea útil para el propósito de este
breve artículo.
En primer lugar podemos decir que el arte de educar es una actividad que interrelaciona
a los dos polos de la educación, el educador y el educando, y que implica la transmisión
de conocimientos verdaderos, valores auténticos y experiencias relacionadas con los
mismos con la finalidad de lograr en el educando una mas efectiva auto gestión de su
propia vida en función de su naturaleza auténticamente humana o, dicho en términos
filosóficos, en función de su fin último como ser humano.
En función de esto dicho, se desprende que no cualquier transmisión de conocimientos
es educación ya que aquella que no apunta a lograr un incremento en la capacidad de
auto gestión orientado hacia el fin último de la persona no es propiamente educación.
Algunos especialistas en pedagogía distinguen entre educación e instrucción,
identificando a esta última como la actividad de transmisión de conocimientos que se
ocupa de transmitir nociones de orientación técnica o especulativa que no poseen la
finalidad de ampliar la capacidad de auto gestión de las personas sobre su propia vida
para alcanzar su desarrollo como seres humanos.
De esta manera, entonces, una educación auténtica será todo aquel conocimiento
trasmitido y aprendido que sea capaz de favorecer el hecho de que una persona pueda
por si misma, auto gestionando su vida, lograr un paulatino perfeccionamiento de sus
competencias en relación a su esencia humana orientada a su fin último.
¿Qué es adiestrar?
Adiestrar es, en cambio, una actividad que busca la obtención de una respuesta de
alguien en función de un estímulo otorgado. En el adiestramiento no existe ni es posible
la auto gestión de la propia vida sino que, por el contrario, su finalidad busca un
automatismo de conductas que se hacen presentes en la medida en que aparecen los
estímulos adecuados.
De alguna manera se puede resumir el adiestramiento a la noción de estímulo-respuesta
donde un estímulo que convoca a una determinada respuesta se repite una determinada
cantidad de veces logrando el “entrenamiento” del sujeto adiestrado. Luego de esto la
respuesta se dará casi automáticamente en la presencia del estímulo.
Por esto es muy común y acertado hablar de “adiestramiento canino” cuando se enseña
a los canes a realizar determinadas actividades en función de una “orden” que funciona
como estímulo. Nos llama la atención, sin embargo, que en el mundo de la empresa y de
los negocios se hable de “adiestramiento de personal” ya que la idea de adiestramiento
no se relaciona muy bien con la naturaleza y dignidad del ser humano. Lo ideal sería,
entonces, hablar de educación o instrucción con respecto al ser humano y de
adestramiento con respecto a los animales.
¿Cuáles son las actividades típicas de nuestro sistema educativo?
Los sistemas educativos y la actividad docente de la mayoría de las escuelas de
occidente incluyen un conjunto de actividades contradictorias entre si ya que algunas de
ellas (muy pocas en realidad) se orientan hacia la educación de los alumnos mientras
que otras se orientan claramente a su adiestramiento. Esto sucede, creemos, porque las
autoridades educativas no se han planteado a fondo y en serio el problema educativo
actual y la finalidad que debe tener la educación.
Los ejemplos de adiestramiento dentro del mundo educativo son numerosos y nos
gustaría nombrar a algunos de ellos a modo de ejemplo:
El timbre de los recreos: este sistema para señalar el comienzo y fin de las horas de
clase no hace más que condicionar, al más elemental modo de Pavloviano, a los
alumnos a responder a los mismos. Tal vez, como la finalidad de la escuela es educar en
la auto gestión de la propia vida, debamos simplemente indicar en una tabla los horarios
de comienzo y fin de las horas de clase sin que haya necesidad de indicar los mismos
con un timbre ensordecedor. De esa manera, sacrificando algo de la disciplina que tanto
agrada a los “adiestradores”, podamos con el tiempo y con mucha paciencia lograr que
los alumnos aprendan a auto gestionar el manejo del tiempo.
Los gritos y gestos violentos de algunos profesores: Es muy común que algunos
profesores griten o miren de mala manera en forma intermitente a ciertos alumnos de los
cuales desea obtener determinada “conducta” o “respuesta”. Estos gritos, análogos a los
que dan los padres en la propia casa de los niños, buscan condicionar y adiestrar a los
niños para que se comporten de una determinada manera en función de un estímulo el
cual es en este caso es el grito. Este es otro modo de condicionamiento que aleja al niño
de la posibilidad de aprender a gestionar su propio comportamiento y a administrar su
propia personalidad.
El sistema de evaluación por puntuación: Siempre me he preguntado: ¿Por qué a los
alumnos debe evaluarlo solamente un tercero (un docente) y no puede enseñársele a
evaluarse a si mismo (por supuesto que con la supervisión del docente)? Una de las
debilidades más grandes que vemos en las personas adultas es que no son capaces de
evaluar efectivamente sus actividades y sacar conclusiones al respecto con la finalidad
de modificar sus conductas. ¿Cómo podrían hacerlo si la escuela nunca se lo ha
enseñado, nunca ha confiado en su capacidad de auto gestión? Por supuesto que esto
debe implementarse poco a poco y selectivamente dentro del sistema educativo pero
actualmente los sistemas educativos de occidente han dejado de lado las técnicas de
auto evaluación. El lema básico sobre el que se basan los “adiestradores” es que el
alumno es incapaz de auto evaluarse. Para ellos es, desde el inicio, una causa perdida.
Por eso, el fundamento último del adiestramiento es la negación del valor del ser
humano como ser humano propiamente dicho.
Efectivamente, el concepto que subyace tras las técnicas, concientes o inconcientes,
sistémicas o estructurales, del adiestramiento educativo es la admisión de una
incapacidad natural e inherente del ser humano para auto gestionar su propia vida.
¿Cómo vamos a dejar en manos de estos estudiantes—dirían para sí los abogados y
defensores adiestramiento—cuestiones de tamaña importancia como el manejo de su
propia vida y del camino que debe seguir y orientar la misma?
El trasfondo de este modelo de pensamiento implica una infravaloración del ser humano
en cuanto ser humano, al cual ni siquiera se le puede enseñar a gestionar los elementos
mas básicos y elementales de su propia vida. De esta manera, la escuela se transforma,
no ya en un centro de educación, sino en un centro de adiestramiento donde las formas
externas de la disciplina hacen parecer frente a los ojos inexpertos que se ha logrado una
educación efectiva. Pero esto no es mas que una completa farsa, pues en todo sistema de
adiestramiento humano, cuando se retira el estímulo que genera las respuestas
esperadas, cuando el adiestrador no está, el espíritu humano surge salvaje en cada una
de las personas “adiestradas” dejando emanar desde sí los más auténticos gestos de
libertad y auto determinación.
Para algunos todo esto puede parecer una utopía o un claro atropello a la razón y al
sentido común. Somos concientes de ello, pero no debemos olvidarnos ni por un
momento que las escuelas y universidades son laboratorios de ensayo donde las
personas deben ser educadas para auto gestionar su propia vida pues esa vida va a estar
durante todo el tiempo en que se extienda en esta tierra en las manos de cada uno de
nosotros y de nuestros alumnos.
No olvides estas reflexiones la próxima vez que contemples a tus alumnos a los ojos.
Hugo Landolfi - Filósofo
Director de la Escuela de Filosofía Aplicada para la Excelencia del ser Humano
Arte artículo pude difundirse libremente citando al autor “Hugo Landolfi” y a la fuente www.sabiduria.com
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ESCUELA SCHOLEM ALEIJEM
Solicita para cubrir Nuevos cargos en el ciclo 2009:
*Maestra Área Ofic: 1ºCiclo EP
*Maestra Área Ofic: 2ºCiclo EP
*Maestra de Matematática 2ºCiclo EP
Requisitos:
Titulo habilitante
experiencia docente
Enviar CV y referencias a:
primaria@scholem.edu.ar
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Ref 1)
Docente Titular 2º ; 3º ciclo perfil c/formac en Constructivismo
grado 6º ; 7º áreas c/especialización en matemáticas o lengua
Sólida experiencia
Ref 2)
Docente Auxiliar c-tit para 1º ; 2º ciclo
Perfil Constructivista p/formarse en la Instit. c/exp (no excluyente)
Ref 3)
Docente Inglés 1º ciclo c/titulo ofic c/exp en Colegios Bilingües
Para colegio en Núñez. Ciudad de Buenos Aires.
Enviar el C.V. indicando el cargo al que se postula a:
Grecia 3273 Cap CP l429Leer más…
Vacante 1: Maestra de Grado
Turno Mañana
Vacante 2: Auxiliar Primaria
Turno Mañana
Prof Inglés con título habilitante
Turno Tarde
Para colegio en Belgrano. Ciudad de Buenos Aires.
Enviar el C.V. indicando en el asunto el cargo al que se postula a:
cv_escuela@yahoo.com.arLeer más…
Institución Católica en Belgrano necesita Vicedirectora de Primaria.
Requisitos:
- Título terciario, maestra de primaria.
- Amplia formación Educativa.
- Experiencia en Conducción.
Los interesados, enviar Curriculum Vitae a:
carolina@educarem.com.ar
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¿Existe una relación entre la forma en que uno se expresa y su estilo de liderazgo?
Estoy convencido de que el hecho de que una persona se exprese de forma sencilla y directa o, por lo contrario, lo haga alambicada y tortuosa dice mucho de cómo concibe la relación con sus colaboradores y otros colegas.
Cuando una persona escribe con frases innecesariamente largas y complicadas, utiliza vocablos de uso poco común y abusa de la jerga profesional o de la organización, a menudo se está refugiando en la complejidad para esconder su inseguridad y la falta de claridad de sus ideas. Más que comunicar con eficacia busca impresionar.
Esta clase de personas tiene la sensación de que si utiliza un léxico llano y frases sencillas serán percibidos como gente simplona e ignorante. Buscan de forma inconsciente que sus lectores no alcancen a entenderlos del todo o que lo hagan con esfuerzo para demostrarles que no están a su altura intelectual. Mediante el dominio de la jerga y su estilo esotérico creen que afianzan su autoridad.
En cambio, los líderes genuinos, las personas que son una autoridad racional y no meramente ostentan una potestad de mando formal, tienden a expresarse con claridad meridiana, sin grandilocuencia, sin un recurrir a palabras rebuscadas para marcar las distancias con el lector. Escriben casi como hablan. Tal vez mejor, porque la escritura no es tan inmediata e irreversible como el habla. Se puede meditar y corregir antes de ser difundida.
Cuanto más lúcidamente piensa alguien, mejor se expresa. Y viceversa. Porque la palabra es la herramienta del pensamiento. Éste no existe al margen del lenguaje. De manera que podemos mejorar nuestra capacidad para pensar y para relacionarnos eficazmente con los demás entrenándonos en el manejo de esta herramienta. Podemos enriquecer nuestro vocabulario para expresarnos con mayor precisión y variedad, podemos mejorar la forma en que construimos las frases para economizar el esfuerzo de atención de nuestros lectores, podemos escribir con mayor corrección para evitar equívocos y una mala impresión sobre nuestra profesionalidad, podemos crear un estilo propio que realce nuestra personalidad.
La simplicidad en la expresión está también relacionada con la capacidad de escucha. Los amigos de la verborrea suelen ser charlatanes que no prestan atención a sus interlocutores, que sólo están interesados en “venderte” su punto de vista. Como van a lo suyo, no se esfuerzan en conectar con la experiencia del lector, en hacerse comprensibles ni en procurar ser amenos.
Escribir bien, ya sea un informe, un artículo o un simple e-mail, no debe ser sólo una preocupación de los jefes. Debe se la aspiración de quien quiera ser líder. Lo que no tiene que ver con tener mando, sino con la capacidad de inspirar y conducir a los demás. No podrás conseguirlo sin habilidades de comunicación. El dominio de la palabra escrita debe formar parte de tu bagaje allí donde vayas.
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Hasta aquí el artículo escrito por Agustín Pérez, Director de Ágora Social. En mi opinión escribir bien debe ser no sólo una preocupación y aspiración de todos los docentes en tanto somos líderes de nuestros alumnos, sino que debe ser una obligación ya que debemos educar con el ejemplo y si no somos claros al transmitir una idea por escrito difícilmente podamos ser buenos educadores.
¿No les parece?
Saludos
Natalia Gil
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El Ministerio de Educación convoca a la inscripción de postulantes a interinatos y suplencias para desempeñarse como maestros de idiomas extranjeros inglés-francés-italiano-portugués de nivel primario durante el año 2009.
Lugar de inscripción:Escuela N°13 D.E 9°- Conde 223, CABA.Fecha:4 y 5 de noviembre de 2008.Horario: de 9 a 14hs.
Requisitos: Postulantes con o sin título básico.
Presentarse con:
Carpeta de tres solapas.
Certificado de estudios de nivel medio (original y fotocopia). Requisito indispensable.
Títulos terciarios o universitarios relacionados con la especialidad (original y fotocopia).
DNI - Hoja 1 y 2 (original y fotocopia).
En caso de poseer:
Constancia de antigüedad docente.
Constancia de cursos de perfeccionamiento y actuaciones docentes.
colegas@buenosaires.gov.ar
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En sentido general, evaluar significa asignar un valor para juzgar la cantidad, el grado, la condición, la calidad o la efectividad de algo, es decir, asignar un valor a algo.
La evaluación constituye uno de los temas más tratados dentro de las ciencias pedagógicas y, en consecuencia, existen diferentes criterios y opiniones. Esto hace muy difícil alcanzar una propuesta general en la que todos los autores estén de acuerdo, así, en el Diccionario psicopedagógico AMEI-WAECE nos encontramos múltiples definiciones de este término. No obstante, independientemente de sus particularizaciones y maneras de expresarse, hay un acuerdo unánime: Es preciso evaluar, tanto el logro de los niños, como el proceso educativo en su conjunto.
El concepto más tradicional de la evaluación parte del estudio psicológico del individuo, que posteriormente se generalizó a muchos otros campos. Este es un tipo evaluación que intenta describir, clasificar, y explicar la conducta de un individuo sobre la base al análisis de su estructura de la personalidad, y en la que se articulan características, rasgos, y factores propios del modelo teórico que se sigue, ya sea de atributos y rasgos (psicométrico); de necesidades, defensas y conflictos (modelo psicoanalítico o psicodinámico); o de entidades nosológicas (modelo médico-psiquiátrico).
Al revisar el Diccionario Psicopedagógico de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles, aparecen seis definiciones y más de una quincena de acepciones, lo cual corrobora lo anteriormente analizado. Así se formulan las siguientes:
Evaluación. 1. En su definición más amplia, designa el conjunto de las actividades que sirven para señalar el valor de una cosa u objeto. 2. Proceso continuo, sistemático y flexible que se orienta a seguir la evolución de los procesos de desarrollo de los niños y a la toma de las decisiones necesarias para adecuar el diseño del proceso educativo y el desarrollo de la acción educativa a las necesidades y logros detectados en los niños en sus procesos de aprendizaje.3. Proceso sistemático de recolección y análisis de la información, destinado a describir la realidad y emitir juicios de valor sobre su adecuación a un patrón o criterio de referencia establecido como base para la toma de decisiones. 4. Proceso de carácter cualitativo que pretende obtener una visión integral de la práctica educativa, de carácter permanente, dirigido no solamente a registrar los logros parciales o finales, sino a obtener información acerca de cómo se han desarrollado las acciones educativas, los logros y dificultades, con vista a rectificar acciones, proponer modificaciones, e implementar las nuevas acciones a realizar. 5. Conjunto de actividades que conducen a emitir un juicio sobre una persona, objeto, situación o fenómeno en función de unos criterios previamente establecidos y con vistas a tomar una decisión.
Como puede observarse, estas definiciones engloban tanto conceptualizaciones generales, como propiamente educativas.
Por su parte la Asociación Nacional de Educadores para los Niños Pequeños (NAEYC) de los Estados Unidos (citada en el Diccionario), define la evaluación como el proceso de observación, registro y documentación del trabajo que hacen los niños, y cómo lo hacen para, sobre ello, adoptar una variedad de decisiones educativas que lo afectan, incluyendo la programación de grupos y niños individuales, así como para la comunicación a los padres.
A modo de conclusión, la evaluación puede definirse como un proceso continuo, sistemático y flexible que se orienta a seguir la evolución de los procesos de desarrollo de los niños, y a la toma de las decisiones necesarias para adecuar el diseño del proceso educativo y el desarrollo de la acción educativa a las necesidades y logros detectados en los niños en sus procesos educativo.
Es un instrumento que permite establecer la calidad del cumplimiento de los objetivos del currículo y, sobre su base, determinar las acciones a seguir, comparando los resultados del trabajo del educador con el nivel de desarrollo de los niños.
FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN
La evaluación tiene una serie de funciones cuyo cumplimiento permite optimizar la labor del educador en el proceso educativo:
la instructiva
la educativa
de diagnóstico
de desarrollo
de control.
La función instructiva de la evaluación es considerada como una de las más importantes, ya que, con la ayuda de la comprobación y evaluación de conocimientos, hábitos y habilidades, el educador puede determinar el grado de asimilación de los mismos para trabajar en su mejora, sentando las bases para introducir nuevos conocimientos. Al permitir las correcciones de los errores cometidos individualmente, se garantiza una mayor solidez de los conocimientos, habilidades y hábitos en el trabajo docente y se logra ampliar, profundizar y sistematizar los mismos, se incrementa la actividad cognoscitiva y se propicia una actividad independiente. De este modo, se crean las condiciones para asimilar el aprendizaje de una forma más efectiva.
La experiencia pedagógica demuestra que, en la labor diaria de los educadores, las preguntas en clase constituyen un medio eficaz para conseguir esta función. Mediante preguntas se fijan y complementan los nuevos conocimientos. Los niños que mejor asimilan el contenido de los textos y las explicaciones recibidas brindan un apoyo al trabajo del educador con sus respuestas acertadas y, en el caso de que resulten incompletas o erróneas, se utilizan para eliminar los conocimientos equivocados sobre el material objeto de estudio. La interrogación resulta una técnica efectiva en todos los niveles de edad. Por ejemplo, cuando el educador pregunta al bebé para que señale partes básicas del cuerpo, para que indique dónde está una persona, un animal o un objeto, etc.
La función educativa es muy importante, se ejerce cuando el educador señala al niño los errores que ha cometido al realizar las diferentes tareas o acciones, que le llevan al reconocimiento de su error, a darse cuenta de en qué falló, y qué es lo que debe rectificar.
Por otra parte, destacar el éxito constituye también un motor impulsor en la educación de la atención voluntaria y el esfuerzo, estimula y ayuda para que aumenten su autonomía, comiencen a autovalorarse y se esfuercen por dominar nuevas destrezas.
El alto grado educativo de esta función depende de la acción acertada que el educador ejerza en todas las actividades, al dar al niño opiniones acerca de la tarea que ha cumplido (¡Qué bien lo has hecho!), y alcanza su nivel más alto en la medida en que el niño participa en su control y se inicia en actividades objetivas de autovaloración (¿Has sabido comer solo?)
En el primer ciclo, la función educativa del educador no se limita a la actividad planificada, sino que se extiende a toda la actividad que el niño realiza en el centro. Esta función es especialmente importante en las actividades libres de juego heurístico, de exploración y descubrimiento y de juego simbólico. En el juego simbólico es donde alcanza su mayor valor, pues propicia que los niños apliquen todos los conocimientos adquiridos, estableciendo relaciones sociales, de colectivismo, de subordinación a reglas de conducta o de acción que requiere el papel que asumen, permitiéndole al educador ejercer la influencia educativa que demanda el programa.
La función de diagnóstico revela al educador los logros y las deficiencias mediante los instrumentos y las técnicas evaluativas utilizadas. Esto permite determinar las direcciones fundamentales en las que debe trabajar y los cambios que son necesarios introducir en cuanto a la aplicación de los métodos, los procedimientos y la utilización de medios.
Por medio del diagnóstico, el educador obtiene una información, desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo, sobre la generalidad e individualidad de los niños y acerca del cumplimiento de los objetivos propuestos, pudiendo determinar si es necesario introducir correcciones en su sistema de trabajo: variar el método, profundizar en las explicaciones, plantear nuevas tareas o ejercicios de consolidación, qué grado de complejidad y qué gradación le va dar al tratamiento de los objetivos del programa, etc.
La función de desarrollo requiere el cumplimiento de las tres funciones anteriores para poder establecer el grado de desarrollo de los niños, lo que constituye un principio de la educación y también una función de la evaluación. En el programa de actividades, el educador debe incluir aquellas que le aportan información acerca de la evolución del aprendizaje de los niños.
Los datos obtenidos como resultado de la evaluación revelan el nivel de desarrollo alcanzado por los niños en cuanto al sistema de conocimientos, habilidades y hábitos expresados en la propuesta pedagógica. Permite comprobar la cantidad y calidad de las capacidades que adquieren, de acuerdo con los niveles de asimilación y el grado de independencia con que forman y desarrollan habilidades y hábitos, e interiorizan normas de conducta.
Las investigaciones realizadas en este campo permiten asegurar que una evaluación es pedagógicamente adecuada cuando estimula el desarrollo ulterior de los niños, convirtiéndose en un elemento promotor de este desarrollo.
La función de control de la evaluación va más allá del trabajo del educador en todas las actividades que lleva a cabo con los niños.
Los resultados de la evaluación reflejados en los éxitos que logran los niños en todas y cada una de las actividades que realizan, permiten a los directivos y educadores de los centros hacer una análisis de los resultados que se van obteniendo en el sistema de educación, y valorarlos en conformidad con los criterios establecidos y los fines y propósitos de la educación del primer ciclo.
Es necesario advertir que, aunque las distintas funciones se realizan por separado, sólo responde a un enfoque metodológico, con el objetivo de comprender mejor la esencia de cada una de ellas. En la práctica, estas funciones interactúan formando una unidad dialéctica.
El primer paso para evaluar el proceso pedagógico exige conocer y determinar el objetivo a evaluar; en segundo lugar, seleccionar las vías de comprobación y determinar los métodos y formas organizativas que se emplearán; el tercer paso sería el registro del resultado obtenido.
Como hemos visto, la evaluación es un medio efectivo de obtener información que permite al educador conocer las dificultades y deficiencias que ha afrontado en su labor pedagógica. Esta información se toma como punto de partida para el análisis y las medidas que son necesarias para comprobar la calidad del proceso educativo, por ejemplo:
Mejorar los medios empleados y las actividades a realizar por los niños.
Rediseñar el nivel en que han sido trabajados los objetivos.
Cambiar la dosificación de los contenidos y aumentar o disminuir el número de frecuencias en que se trabajaría.
Determinar las formas más apropiadas a emplear para evaluar.
Definir la posible necesidad de realizar cortes diagnósticos.
LOS PRINCIPIOS DE LA EVALUACION
De la definición dada de evaluación podemos sacar los principios básicos que determinan su carácter. Estos principios son: continuidad, sistematicidad y flexibilidad.
El principio de continuidad hace referencia a la necesidad de entender la evaluación como un proceso en el que podemos distinguir diferentes momentos: inicio, proceso-desarrollo y fin.
El principio de sistematicidad alude a la necesidad de plantear la forma de seguimiento de acuerdo a un plan previamente trazado, que deberá ser llevado a cabo con rigor.
El principio de flexibilidad se relaciona con la posibilidad de utilizar en el proceso evaluador diferentes técnicas e instrumentos de registro en función de los objetivos marcados.
LOS OBJETIVOS DE LA EVALUACION
Basándonos en los principios enunciados, se resumen los objetivos de la evaluación:
Conocer la situación de partida de los componentes que inciden en el proceso en el momento que se propone la evaluación.
Facilitar la formulación de un modelo de actuación adecuado al contexto, en función de los datos anteriores.
Detectar de modo permanente, las dificultades que surjan en el desarrollo del modelo de actuación elegido.
Regular el proceso de aplicación continua del modelo de actuación, propiciando y facilitando la consecución de las metas previstas.
Conocer los resultados obtenidos al final del período fijado para la implantación del modelo.
Valorar los resultados obtenidos.
Replantear el modelo de actuación, de acuerdo con la información recogida y con su valoración y, consecuentemente, potenciar los aspectos positivos y corregir los negativos.
A lo largo del curso escolar ha de existir siempre una evaluación inicial que posibilite hacer un diagnóstico de cada niño y de todo el grupo, y una evaluación final, para valorar y comprobar el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje señalados en el currículo. También es necesario un número indeterminado de evaluaciones intermedias que permiten al educador ir controlando el desarrollo de todos los objetivos en cada niño y en el grupo, además de tomar a tiempo las medidas pedagógicas necesarias para garantizar que, al culminar el curso escolar, la mayoría de los niños hayan alcanzado los niveles de desarrollo esperables en su ciclo educativo.
Para llevar a cabo estas evaluaciones, se requieren estrategias, técnicas e instrumentos de evaluación.
Evaluar no es sólo medir y comparar, también supone plantear qué se debe modificar o mantener para la próxima toma de decisiones curriculares. Por este motivo, la evaluación tal vez sea el componente más importante de la planificación.
La evaluación constituye un proceso y un sistema, pues es un conjunto de pasos que se organizan en secuencia y se condicionan mutuamente, actuando de manera íntegra.
La planificación de la evaluación la realiza el educador teniendo en cuenta el momento del curso, los objetivos a evaluar, los recursos y el tiempo de que dispone.
Al seleccionar los objetivos a evaluar hay que tener en cuenta que estos pueden ser de corto, medio o a largo plazo, ya que, en cada caso, la estrategia es distinta.
Es muy preciso realizar una primera evaluación al principio del curso, cuando el educador recibe a sus niños, se trata de una evaluación diagnóstica para conocer el nivel de desarrollo del cual parte cada uno de los niños, y del grupo en general.
Como en el primer ciclo, la evaluación es sistemática y global, cada día el educador hace anotaciones del resultado de la actividad de su grupo, tanto en las actividades pedagógicas, como en el juego y las actividades libres; así como durante los procesos de satisfacción de necesidades básicas (sueño, alimentación, aseo, etc.).
CARACTERISTICAS
La evaluación del proceso de aprendizaje de los niños de primer ciclo debe tener las siguientes características:
GLOBAL: Referida al conjunto de capacidades expresadas en los objetivos generales. Esta evaluación permite fijar las metas que el niño o la niña ha de alcanzar a partir de criterios derivados de su propia situación inicial.
La evaluación debe realizarse en base a los objetivos, en los que se expresan las capacidades básicas que los niños y niñas deben desarrollar a través de las distintas áreas curriculares a las que hacen referencia los criterios de evaluación.
Aunque el referente fundamental para evaluar el grado de consecución de las capacidades expresadas en los objetivos generales son los criterios de evaluación de cada área curricular, habrá que volver sobre los objetivos de nivel en el momento final de la evaluación, para analizar el avance global que el niño haya conseguido, como algo más allá de la mera suma de distintas evaluaciones de conductas concretas.
Realizar una evaluación individualizada y global implica utilizar diversidad de procedimientos, instrumentos y situaciones de evaluación, de forma que podamos ajustarnos a las diferentes características de los niños y al contenido educativo.
CONTINUA: La evaluación debe ser un elemento más de la acción educativa, permitiendo así regular, orientar y corregir de modo sistemático el proceso educativo. La evaluación continua empieza en los inicios del propio proceso educativo. Requiere, por lo tanto, una evaluación inicial del niño, para adecuar el proceso de enseñanza-aprendizaje a sus posibilidades y también una evaluación al final del proceso.
FORMATIVA: Tiene en cuenta todas las variables que ayudan o interfieren el proceso didáctico, procurando durante dicho proceso reunir información que permita revisarlo y corregirlo. Su finalidad es determinar qué factores favorecen o dificultan que los niños o niñas logren las metas deseadas, de forma que podamos introducir las modificaciones oportunas.
PREVENTIVA: Porque nos permite realizar sobre la marcha los ajustes oportunos que eviten llegar a objetivos no deseados.
Por lo que respecta al qué evaluar en relación con la educación de los niños y niñas, la decisión más importante es la que se refiere a concretar los objetivos generales en conceptos evaluables que permitan comprobar si los niños están desarrollando las capacidades deseadas lo mejor posible, en función de las características individuales de cada uno.
Los objetivos generales deben concretarse, ya que, al tratarse de capacidades en las que es difícil precisar el grado, no son directa ni unívocamente evaluables. Es por tanto, necesario establecer una serie de conceptos más precisos que los objetivos generales, que tendrán sobre todo la función de ayudar a reajustar la educación si se comprueba que un niño se separa de los objetivos deseados más allá de lo justificable por los ritmos personales que caracterizan este ciclo.
Una vez establecido lo que se considera fundamental evaluar, es preciso que determinemos los procedimientos mediante los que se va a obtener la información necesaria en relación con el proceso de aprendizaje.
La complejidad que conlleva la acción educativa que atiende al desarrollo de las capacidades que hacen posible la evolución equilibrada de la personalidad del niño, nos lleva a considerar que el interrogante cómo evaluar no se resuelve de una forma simple, exige una referencia a las técnicas que se van a utilizar para evaluar:
TECNICAS PARA EVALUAR
Observación: La observación directa e indirecta realizadas de forma sistemática garantizan mayor objetividad en una evaluación, pues permite el seguimiento de los procesos de aprendizaje en los niños. La observación puede llevarse a efecto a través del seguimiento de las actividades estructuradas en un plan de trabajo, dentro o fuera del aula: trabajos de los niños, producciones plásticas y musicales, juegos lógicos, juegos dramáticos, etc.
Entrevista: La entrevista puede definirse como "una conversación intencional". Es una técnica de gran valor para obtener información sobre la opinión, actitudes, problemas, motivaciones, etc. de los niños y de sus familias. Para ser utilizada con provecho exige: la definición de sus objetivos, la delimitación de la información que se piensa obtener y el registro de los datos esenciales que se han obtenido.
Creación de situaciones pedagógicas. Implica determinar los objetivos a evaluar, que las condiciones respondan al objetivo, y que propicien el comportamiento a evaluar. Es una técnica que resulta de gran importancia para la evaluación del desarrollo alcanzado por los niños. Tiene la peculiaridad de que, al ser elaboradas por el educador, responden abiertamente al enfoque edumétrico y da la posibilidad de que exista una estrecha correspondencia entre lo que se evalúa y lo que se ha planificado en el currículo.
Es un medio eficaz para comprobar los resultados que los niños van alcanzando, se crean en el propio proceso pedagógico aprovechando todas las oportunidades que ofrece la rica actividad de los niños durante sus juegos y en las diferentes actividades. Una situación pedagógica no significa una “prueba” y, al elaborarla, debe hacerse pensando en una actividad cotidiana, habitual, que permita evaluar los objetivos que se han trabajado en función de los niveles de dificultad de las actividades planificadas.
La interrogación. Las preguntas, utilizadas como procedimiento para evaluar a los niños en sus actividades tienen una serie de requisitos, entre ellos:
Lo que se pregunta debe corresponder con lo que se quiere comprobar, con el propósito de la actividad; debe estimular el razonamiento del niño, y de su expresión oral.
Las preguntas deben ser comprensibles para los niños, y ser formuladas en un lenguaje claro, despojadas de todo esquematismo que conlleve a respuestas estereotipadas o que ofrezcan pocas posibilidades para activar su pensamiento y el desarrollo de su lenguaje coherente. Deben propiciar que los niños ofrezcan una respuesta lo más completa posible, que no respondan de forma mecánica o con monosílabos.
Las preguntas, o bien se piensan previamente en su conjunto y se formulan a todos los niños siguiendo el mismo orden, o se anotan los rasgos generales y se van variando en función de las respuestas que ofrezcan a las anteriores.
Este método de evaluación fue muy usado por Jean Piaget, quien basaba sus pruebas en un interrogatorio al que el niño contestaba de forma verbal o con acciones; pero, a diferencia de un interrogatorio común, en el que se espera una respuesta concreta de la cual depende la evaluación, en el método clínico de Piaget, interesaba fundamentalmente el camino que los niños seguían hasta llegar a la respuesta.
De esta manera, la técnica que se aplica debe ser lo suficientemente flexible como para que el interrogatorio se convierta en un coloquio, en el que el educador no se limita a formular preguntas al niño y esperar su respuesta, sino que toma en consideración sus reacciones y, de acuerdo con ellas, orienta la exploración que se propone.
Es necesario aclarar que, como método evaluativo, debe ajustarse a las posibilidades del desarrollo del lenguaje de cada niño según su edad. Por ejemplo, en el primer y segundo nivel se admite el uso del lenguaje gestual al contestar, en el grupo de 2 a 3 años hay que promover que, al lenguaje gestual, se sume el oral.
Es importante que, como en todas las actividades, se mantenga un ambiente lúdico y estimulante, que les motive e interese.
Los trabajos recopilables son los productos de la actividad de los niños: los garabatos, las pinturas, las construcciones, el modelado, etc., que realizan mediante la orientación directa del adulto y sirven para revelar su capacidad de comprensión, y la ejecución de estas orientaciones, para determinar su grado de atención, de voluntariedad etc. Sin embargo, son mucho más importantes los resultados de la actividad espontánea del niño.
Las actividades plásticas y las producciones que realizan de forma independiente, y que forman parte de la actividad cotidiana, son un medio importante para el desarrollo de diversos procesos evaluativos. La formación de habilidades, también constituyen un índice revelador de aspectos de la personalidad en desarrollo, como la memoria, la imaginación, los conocimientos que posee del mundo, la coordinación viso-motora, los estados de ánimo, los miedos, afectos y preferencias, etc., pueden ofrecer una información interesante para establecer conclusiones sobre los diferentes aspectos del desarrollo psíquico del niño .
La aplicación de instrumentos, pruebas y actividades especiales, los registros descriptivos o anecdóticos, los indicadores de comportamientos, o las diferentes escalas para evaluar el desarrollo, que pueden ser utilizadas en la evaluación, pueden tener un interés particular, sobre todo para la evaluación final. No obstante, el educador puede crear diversas pruebas en su rol de educador-investigador que, con el tiempo, se convierten en pruebas tan útiles como aquellas.
DOCUMENTOS de registro de datos para la evaluación DE LOS NIÑOS
El seguimiento de los procesos de aprendizaje de los niños exige una gran variedad de documentos de registro. Parte de ellos, tienen un carácter "oficial" y sus características y forma de registro está determinada, otros son elaborados por el equipo docente del centro. En la Biblioweb de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) se ofrecen varios modelos de documentos de registro.
EL EXPEDIENTE PERSONAL. En él se integran los distintos documentos personales de cada niño. Entre ellos, se considera indispensable la inclusión de la Ficha personal del alumno, los Resúmenes de la escolaridad, los Informes anuales y el Informe final de evaluación.
La Ficha Personal: En ella se consignan los datos de filiación y los datos familiares y médicos, archivándose igualmente copia de los documentos personales de cada niño o niña que sean considerados de interés.
Los Informes Anuales: El educador elabora un Informe anual de evaluación al finalizar cada curso o nivel a partir de los datos obtenidos a través de la evaluación continua. Dichos informes se adjuntan al Expediente personal.
El Informe final: Al finalizar el niño el Ciclo de Educación Infantil, el educador recoge los datos más relevantes de los informes de cada nivel y elabora el Informe final de evaluación.
Los Resúmenes de la escolaridad: Reflejan los cursos escolares realizados en el centro de Educación Infantil en el que niño ha estado escolarizado cada año. Lo firma el director del centro y anota las observaciones sobre las circunstancias de escolarización que se consignan al finalizar cada ciclo.
Cuando el niño se traslada a otro centro conviene enviar al nuevo centro el Expediente Personal del alumno. Se debe conservar una copia de los documentos del Expediente Personal durante tres años.
Evaluación inicial: La evaluación inicial tiene por objeto proporcionar información del niño cuando llega al centro. El objetivo de esta evaluación inicial es conocer el nivel madurativo, el grado de desarrollo de las capacidades y los conocimientos que los niños y tienen.
La evaluación inicial se lleva a cabo mediante las siguientes estrategias:
Entrevista con la familia: Se realiza antes de la incorporación del niño al centro. En el cuestionario de entrevista inicial se recogen los aspectos más relevantes y significativos. El educador cumplimenta con posterioridad su valoración sobre la entrevista.
Observación inicial de cada niño durante el periodo de adaptación: Durante el primer tiempo de asistencia del niño al Centro, mediante distintas actividades, se observa el grado de desarrollo de las diferentes capacidades, registrándose dichas observaciones para poder ajustar adecuadamente la planificación educativa. También se toman como referentes las evaluaciones finales correspondientes al nivel anterior.
En los registros de observación inicial se siguen estas pautas de valoración:
NIVEL DE ADAPTACIÓN
- Al Centro
- Al ritmo de trabajo
- A las normas establecidas y las rutinas.
- Con los compañeros y compañeras.
- Con las educadoras y otros adultos.
ACTITUDES
En el aula, respecto a las actividades y al material
- Motivación - Responsabilidad
- Interés - Iniciativa
- Atención - Imaginación
Con los otros niños
- Colaboración - Agresividad
- Ayuda - Con un solo niño o niña
- Comunicación - Con un grupo reducido
- Individualista
Con el educador y otros adultos
- Timidez - Ganas de llamar la atención
- Dependencia - Autonomía
- Colaboración - Rechazo
En el juego
- Agresivo - Tímido
- pasivo - Líder
- Participativo
ADQUISICIÓN DE HÁBITOS
Personales
- Autonomía - Dependencia
- Alimentación - Aseo
- Orden - Descanso
Sociales
- Participación en la dinámica de la clase
- Responsabilidades
APRENDIZAJES
Adquisiciones psicomotrices
- Tono muscular - Desplazamientos
- Control postural - Control de movimientos
- Lateralidad - Equilibrio
- Ritmo - Situación espacio-temporal
Adquisiciones cognitivas
- Atención - Memoria
- Percepción - operaciones lógicas
Desarrollo del lenguaje
- Comprensión oral
- Expresión oral
ESTADO AFECTIVO-EMOCIONAL
- Seguridad en sí mismo - Actitud tranquila
- Inestabilidad - Falta de interés
- Dispersión - Auto control
Recogida de información del centro anterior: si el niño ha asistido anteriormente a un centro, podemos solicitar su Expediente personal.
Con la recopilación de todos estos datos, se elabora la evaluación inicial del niño que se incorpora por primera vez al centro.
Evaluaciones trimestrales: Con los datos obtenidos en la evaluación continua se realizan las evaluaciones trimestrales (por trimestre natural de edad de los niños o por trimestre del curso escolar) y su información se comparte con las familias Esta información se refiere a los objetivos establecidos en la Propuesta pedagógica y a los progresos o dificultades detectados durante la realización de las actividades programadas para la consecución de los mismos.
El educador selecciona la información que puede ser más significativa para las familias desde la perspectiva de su posible colaboración en el desarrollo de los niños en el centro. El informe que se entrega a las familias debe ser es claro y asequible para los padres.
Informes diarios: Contienen información sobre la comida, el sueño, la salud y las observaciones realizadas a lo largo de la jornada diaria. Constituye un modo importante de colaboración con las familias, facilitando la continuidad entre el ámbito escolar y el ámbito familiar.
El diario de trabajo del educador es el instrumento donde se registra una narración breve de la jornada de trabajo y, cuando sea necesario, otros hechos o circunstancias que hayan influido en el desarrollo de la actividad del aula. Es un documento acumulativo y permanente, donde se anotan observaciones sobre logros o actitudes de los niños, o bien acerca de la práctica docente. El diario evita que se olviden algunos aspectos que pueden resultar decisivos a la hora de evaluar. También permite registrar datos, detalles y anécdotas que el educador considera importantes en el momento en el que se producen, ya sea porque muestran algo nuevo o porque confirman una sospecha.
Para que las anotaciones sean verdaderamente útiles, deben ser descriptivas, evitando frases genéricas o de síntesis que hagan perder detalles de la situación. Se relata el hecho especificando con detalles la conducta, las circunstancias y los protagonistas, de este modo, se reproducen los hechos de forma contextualizada, permitiendo la reflexión posterior para llevar a cabo una interpretación adecuada.
Fuente: Revista de la Asociacón AMEI-WAECE
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La labor pedagógica para formar y educar en los niños una cultura de los valores y un comportamiento activo en su cumplimiento es una tarea bien compleja que requiere de variadas vías de la labor educativa, máxime considerando que se trata de una educación; es decir, la formación en el niño o la niña de rasgos, actitudes, valores, entre otros aspectos, que van a ser parte integral de su personalidad, y no de la enseñanza de simples nociones, conocimientos o habilidades que se expresen en un plano simplemente conductual, sin formar parte a su vez de su mundo afectivo y motivacional. Ello supone considerar muchas cuestiones, tanto referentes a su desarrollo como a la manera en que asimilan los conceptos y normas, así como del enfoque que se ha de aplicar en la realización de las actividades pedagógicas dirigidas al propósito de educar dichos valores.
Al tomar en cuenta tantos y tan diversos aspectos del desarrollo, que en su esencia constituyen formaciones psicológicas de la personalidad, no es posible actuar directamente en la estructuración de los valores, tal como sucede en la formación de las capacidades o la motivación, sino que es obligatorio llevar a cabo actividades diversas bien organizadas y concebidas metodológicamente, que permitan que los pequeños se orienten por sí mismos en su realización, lo que crea una base de ordenación que se transfiere a cualquier otra actividad semejante, y que progresivamente va conformando la formación psicológica dada, dependiendo de lo que se pretenda formar; en este caso, una formación y educación de valores.
Por eso hay que trabajar en las habilidades, hábitos, conceptos, nociones y vivencias que van a dar como resultado la formación de una cultura y un comportamiento activo hacia los valores, lo que se manifiesta cuando se ha logrado construir las bases de dicha formación psicológica.
De este modo, los componentes psicológicos de la educación de los valores no se enseñan realmente como tales, sino que surgen como consecuencia de la realización de actividades que sean de interés para los educandos y en las cuales se realizan acciones que actúan sobre la composición de esta futura formación psicológica.
Existen diferencias entre los mecanismos psicológicos que actúan como reguladores de la conducta del niño o la niña en la vida diaria, y aquellos otros que se manifiestan como más propios de una verdadera regulación moral de la personalidad, lo que determina que en una actividad grupal puedan surgir contradicciones entre los objetivos generales de la actividad que se realiza, que responden a los valores que se pretende formar en el grupo, y los particulares de cada uno de los educandos Es por eso que la labor educativa fundamental es lograr que todos los niños formen estos valores, que los han de orientar en las situaciones alternativas que se les pueden presentar, en la contradicción entre sus deseos personales y los intereses de los demás, para asuman el comportamiento apropiado, de acuerdo con el valor que se pretende formar.
Por ello se hace necesario que en los niños se comience a trabajar desde temprano en la formación de los mecanismos psicológicos para una regulación interna de los valores, que han de propiciar una relación satisfactoria y una proyección apropiada hacia los demás, base inicial para la posibilidad de una formación de valores que parta de una atmósfera de unidad y cohesión en el grupo infantil.
El centro de Educación Infantil constituye uno de los escenarios esenciales de la formación inicial de valores ya que los pequeños, desde las edades más tempranas, en todas sus actividades y espacios de interrelación están actuando, comportándose, adquiriendo vivencias y nuevas experiencias.
Este centro debe representar para estos un lugar de bienestar emocional, donde aprendan no solo nuevos conocimientos y habilidades, sino donde formen y desarrollen valores para el despliegue de sus potencialidades. Es en él donde se conjugan de forma simultánea diferentes fuerzas dinámicas del proceso de la formación de valores, como pueden ser los contenidos del programa, el educador, sus compañeros. De modo que los educandos se sientan implicados en el quehacer escolar de forma natural y agradable, creciendo en el centro de Educación Infantil con todas sus potencialidades personales integradas en sus sistemas de valores.
La forma de conseguir esto es proponerles actividades que les resulten atractivas y que los induzcan a una activa colaboración en su desarrollo, lo que es posible de alcanzar cuando el maestro combina los diferentes métodos de la didáctica. Si, por ejemplo, este va a tratar un contenido sobre la amistad, que es un valor importante a desarrollar desde la más temprana edad, y para ello relata un cuento, que es una manifestación del método verbal, debe combinarlo con acciones prácticas como pueden ser elaborar tarjetas de felicitación para los amigos (que es una expresión del método práctico) y, a su vez, introducir algún tipo de juego, que responde en su esencia al método lúdico. Así, el contenido se hace más rico y variado, aunque el objetivo sea el mismo (formar un valor) en las tres maneras de abordar la actividad.
Es decir, no basta con hacer actividades diversas, sino que las mismas deben propiciar que los pequeños se apropien de los contenidos mediante diferentes vías, esto refuerza las vivencias, consolida la motivación y posibilita una mayor interiorización de lo que se pretende que asimilen, y pase a formar parte de su yo interno.
De la misma manera que la educación de los valores ha de concebirse dentro de los más diversos contenidos de la Educación Infantil, lo mismo sucede con las formas organizativas para la labor pedagógica con estos, lo cual está estrechamente relacionado con los métodos.
Para una apropiada asimilación e interiorización de los valores, normas y comportamientos que están presentes en una educación de los valores, no basta con que los niños, en una situación estructurada como pude ser una actividad pedagógica, se asomen a los contenidos que tienen que ver con un valor, pues de hacerse solamente así se corre el riesgo de que lo vean como «algo que se da en una clase», sin relacionarlo con los demás aspectos de su vida y de su actuar: ellos tienen que ver que cuando se sientan diligentemente para hacer una actividad pedagógica se les habla de tal valor, pero también cuando juegan con sus coetáneos, sus acciones se relacionan con ese valor, y cuando hacen una dramatización esta puede tener que ver con el valor nuevamente, y cuando simplemente está en su actividad libre, existen condiciones mediante las cuales ellos, por su propia iniciativa, pueden relacionarse con dichos valores, sin que ello implique, por supuesto, que en toda y cada una de las actividades se hable obligatoriamente del valor específico, y se haga solo cuando el educador vea la posibilidad de relacionar de manera evidente el contenido de lo que trata con los del valor dado.
Dicho de otro modo, la educación de los valores tiene sus propias actividades, es un eje transversal respecto a las demás actividades, y asume las diversas formas organizativas de la actividad pedagógica general en el centro de Educación Infantil.
Al expresarse mediante diversas formas organizativas metodológicas, se permite en primer lugar que su contenido y maneras de trabajar sean variadas y no conduzcan al aburrimiento y la reiteración, y en segundo lugar, que pueda estar presente en todas las facetas de la vida cotidiana del niño o la niña. Esto también estimula la iniciativa y la creatividad del maestro, que no se ve constreñido a un único o fundamental tipo de actividad metodológica, y hace a este contenido rico y estimulante para los educandos.
Como el proceso educativo en el centro de Educación Infantil está dirigido a orientar y estimular el aprendizaje de los infantes de tal modo que estos no sean un simple objeto pasivo de las influencias pedagógicas en el proceso de enseñanza, sino participantes activos, en esta relación maestro-educando, el primero juega un rol básico en la orientación del proceso pedagógico, pero organizando su actividad de tal manera que los pequeños construyan por sí mismos sus estructuras mentales, creen su propia base de orientación y busquen las relaciones esenciales, sobre las condiciones que el maestro propicia de manera apropiada. Esto ha de ser mucho más evidente en los contenidos de la educación de los valores, cuyo objetivo final no es que ellos aprendan conceptos, nociones y comportamientos sobre el valor que se pretende formar, sino que los mismos pasen a formar parte de su estructura de personalidad en formación, y dirijan su comportamiento cuando se enfrenten a las más disímiles condiciones de la vida cotidiana.
Para ello, el proceso pedagógico de la educación en valores se concibe con distintas formas organizativas que en su conjunto constituyen el sistema de actividades que el educador tiene a su alcance para conducir dicho proceso, y que en el caso particular de la Educación Infantil tiene sus propias especificidades, dadas las particularidades de la edad y del trabajo educativo en esta etapa.
Estas actividades, en su definición más general, posibilitan de la manera más apropiada los aprendizajes que se pretenden alcanzar, y su consecuente interiorización para formar parte del mundo interno del niño o la niña. Al respecto, es bueno recordar que tales actividades, no importa la forma organizativa que revistan, tienen que tomar en consideración los siguientes principios, como son el hecho de que se correspondan con los objetivos propuestos, que tengan un significado para los infantes, y que, también, les sean gratas, para favorecer sus intereses hacia las mismas.
A esto se suma que dichas actividades se adecúen a sus posibilidades reales, ajustándose a la capacidad de trabajo mental y rendimiento físico de los educandos.
Para ello, el equipo educativo ha de utilizar diversas alternativas de acuerdo con el contenido, y que permitan la planificación y el logro de distintos objetivos, lo cual se facilita cuando en el proceso educativo se procura que esté presente la unidad de lo cognoscitivo y lo afectivo.
Por supuesto, los principios y lineamientos didácticos más generales de la educación en las primeras edades del desarrollo, como la consideración de que los niños constituyen el eje central del proceso de educativo, que su educación se ha de realizar en la actividad y la comunicación, entre otros, han de formar parte consustancial de la organización y planeamiento de las diversas actividades para la formación de los valores en cualquiera de sus formas organizativas, al igual que se consideran con respecto a los demás contenidos y ejes transversales del currículo.
Dentro de estas posibilidades formativas que brinda el centro de Educación Infantil, una de las vías más importantes es la actividad pedagógica, que es una vía apropiada para la formación de valores por ser el centro generador de la labor educativa del maestro, donde se desarrolla una parte esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje. Cada una de las operaciones cognitivas utilizadas en las diferentes formas de la actividad infantil, se relaciona con diferentes necesidades de los pequeños, proceso que puede tener nuevas formas cualitativas.
A efectos de la labor educativa, es importante el convencimiento de que los valores se adquieren, aprenden y se forman a través de los conocimientos, las emociones y la experiencia, y que a pesar de su relativa estabilidad pueden ser desarrollados y enriquecidos.
Pero, aunque no existan demasiadas referencias bibliográficas al respecto, se sabe que la educación en valores es muy trabajada en las primeras edades, a pesar de que no se hace de forma sistematizada, por lo tanto explícita, y en pocas ocasiones se reflexiona sobre los valores que se transmiten a los niños, y que les llegan mediante el tono de voz del maestro en los juegos que se les proponen, en las actividades que se llevan a cabo, en la hora de la comida, cuando se les cambia de ropa o se les atiende en sus demás necesidades básicas, etc.
Al iniciarse el ciclo de la Educación Infantil, ya comienzan a estructurarse de manera incipiente los valores. En primer lugar, en el infante se desarrolla la observancia de reglas de conducta que son socialmente establecidas, las normas que le permiten regular su conducta, y que él asimila en la actividad y en la comunicación con los adultos y el mundo circundante.
Pero la imitación o la copia de los modelos del adulto no son suficientes en la formación de los valores, y se requiere de la realización de diversas actividades para su consecución. Actividades en las cuales se desarrollen cualidades morales que permitan que los pequeños manifiesten rasgos de bondad, disposición para vencer las dificultades y perseverancia para cumplir ciertas tareas, especialmente las de carácter docente, que digan la verdad en determinadas ocasiones y no sientan temor en algunas situaciones, y que valoren de manera sencilla cualidades que se ponen de manifiesto en sus compañeros y en ellos mismos.
Entre las actividades que el equipo educativo puede realizar están el enseñar a los educandos a que establezcan interrelaciones adecuadas y normas de comportamiento social, como disculparse, pedir ayuda, saludar y despedirse, no molestar a los demás, pedir permiso, dar las gracias, pedir por favor, no interrumpir al que habla, y hablar en voz baja.
De igual manera, realizar diversas tareas laborales les permite actuar con disposición y trazar objetivos laborales, planificar las acciones, con un orden y secuencia lógica y en coordinación con otros coetáneos, así como el empleo correcto de los útiles de trabajo y su cuidado.
A través de los juegos y otras actividades, enseñarles y formarles valores sobre la forma correcta de comportarse con los ancianos y con las personas con alguna invalidez física, en el autobús, en la calle, etc.
La relación con otros coetáneos siempre despierta el interés en los niños de estas edades, por lo que las características, costumbres y tradiciones de otros países es un tema sugestivo para ellos, sobre todo si en el aula hay compañeros de otras culturas. Esto se puede realizar mediante muchas vías, además de las habituales actividades pedagógicas, como son la realización de visitas y paseos, la asistencia a actividades culturales fuera del centro de Educación Infantil, ver videos y otros medios audiovisuales, el intercambio verbal con personas invitadas al centro para hablarles de diversos temas, entre otras muchas actividades.
De acuerdo con los conocimientos y los medios que se posean para abordar estos contenidos, se pueden hacer dibujos y trabajos de artesanía, aprender canciones, bailes y juegos, dramatizar fiestas y reflejar mediante el dibujo algunos elementos de la comunidad, como una vía de cultivar, mantener la identidad nacional y el amor por el lugar natal.
Al abordar con los pequeños los contenidos para la formación de valores referidos al conocimiento histórico, se tendrá siempre presente que en esta edad el objetivo no es que ellos aprendan de memoria hechos o fechas, lo importante es que los hagan emocionarse y despierten el interés por conocer la historia de su país, al desarrollar actividades como ofrendas florales, celebración de efemérides, desfiles o visitas a los monumentos, entre otros.
El conocimiento sobre la importancia social del trabajo de las personas se puede comenzar por la labor que realizan los trabajadores más cercanos a los infantes, hablando con ellos sobre qué hacen, cómo, con quién lo hacen y para qué, de forma que puedan apreciar el beneficio que reporta el trabajo para la vida y el bienestar de todos.
En el contacto con los trabajadores del centro y a través de diferentes actividades, se podrá destacar la importancia del trabajador de la educación y especialmente del maestro por el aporte que realiza en su formación y desarrollo.
En cualquier actividad es necesario resaltar el aspecto moral; es decir, las relaciones de cooperación y ayuda mutua entre los individuos cuando trabajan juntos, amistosamente y con esmero.
Los niños deben conocer que todo lo que tienen (ropa, juguetes, libros, casa, alimentos) son el producto del esfuerzo de muchas personas que materializan su trabajo en estos objetos.
Estos contenidos sugeridos y que pueden desarrollarse en el juego y el proceso de enseñanza, a partir de la propia actividad que realizan, potencian un conocimiento que se adquiere en la práctica y que contribuye a la formación de valores. Ello hace que la estrategia más usual para transmitir los valores sea el juego, particularmente el juego de roles, los cuentos, narraciones, los medios audiovisuales como el video y el cine, las canciones o las actividades de grupo, entre otras muchas, y donde siempre es básico el ejemplo del educador.
Fuente: Revista de la Asociacón AMEI-WAECE
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Busco Maestra(o) Integradora(or), preferiblemente profesional en Psicopedagogía y experiencia en TRATAMIENTO COGNITIVO CONDUCTUAL. Acompañará a Santiago de 8 años de edad, diagnosticado con TGD NE, en la jornada de la tarde (12:45 a 17:15), en Colegio privado de educación común, barrio Villa Crespo.
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Tengo la urgente necesidad de encontrar a alquien que cubra el cargo, pues su actual integradora por motivos de indole personal debe dejarlo, como te imaginarás, a esta altura del año se me han complicado las cosas con esto. Santiago está terminando 2do grado, cumpliendo con todas y más de las expectativas académicas y sociales, que el colegio y el equipo terapeutico esperaban para este año! Así que te pido el inmenso favor de comentar mi caso con tus colegas, para ver si me ayudan a asegurar el próximo año escolar de mi hijo.
Te agradezco de corazón y Dios te Bendiga.
Angélica C. García
Tel. 4854-6952
Cel. 15 61570661
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Por *CARLOS ERNESTO NOGUERA
Resumen
Si la infancia ha desaparecido o está en vías de desaparecer, las reflexiones y prácticas pedagógicas tendrían que transformarse. El presente artículo retoma algunos estudios en los que la infancia es considerada como una Categoría social, histórica, y por tanto, variable en el tiempo y en distintas culturas; de otro lado, señala algunos
trabajos que desde la década de los años ochenta han venido planteando la “desaparición” de la infancia y, a
propósito de ellos, esboza algunos reflexiones preliminares sobre las implicaciones que tal acontecimiento
tendrá para el saber pedagógico, el maestro y la escuela.
* Profesor Universidad Pedagógica Nacional de Colombia
carlosernesto@supercabletv.co
· El artículo completo está adjunto en pdf. para abrirlo hacer click aquí: la desaparición de la infancia.pdfLeer más…
Prestigioso Colegio Zona Balvanera requiere profesores de inglés para el nivel primario.
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