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Recetas para acabar con el 50% del fracaso escolar (1): pon exámenes más fáciles
Está claro que estamos haciendo las cosas mal. Un 30% “crónico” (desde siempre) de fracaso escolar “reconocido” al final de la etapa de enseñanza obligatoria debería ser algo INACEPTABLE para los docentes, para los pedagogos, para los políticos…
Evidentemente las soluciones no son fáciles, pero a partir de las investigaciones que estamos realizando desde el grupo “Didáctica y Multimedia” (DIM-UAB) de la Universidad Autónoma de Barcelona hemos identificado algunas “recetas” que pueden ayudarnos a reducir significativamente este problema. Algunas de ellas requieren el apoyo de los nuevos instrumentos tecnológicos (TIC).
Ahí va la primera “receta”. Agradeceré comentarios críticos y el contacto de profesores que quieran unirse a nuestras investigaciones experimentando estas “recetas” con sus alumnos y proporcionando luego sus valoraciones.
¿Quieres reducir el fracaso escolar? Pues haz que los exámenes sean más fáciles.
Estaremos de acuerdo en que si hacemos que los exámenes les resulten más fáciles a los estudiantes, aprobarán más alumnos. ¿Verdad?
Pues se trata de hacer esto. Pero de una manera en la que además TODOS los estudiantes aprendan más y adquieran los conocimientos y competencias que la sociedad actual exige a sus ciudadanos. ¿Cómo? Veamos…
El origen del problema.
Actualmente, y aún cuando se van introduciendo sistemas de evaluación continua, la mayor parte de las actividades que configuran las notas de nuestros estudiantes proceden de exámenes memorísticos. De manera que los alumnos que no tienen buena memoria o no tienen técnicas de estudio, hábitos de concentración o la voluntad para pararse a memorizar, quedan prácticamente suspendidos.
Y así desde Primaria, poco a poco, estos alumnos se van frustrando y se van marginando más y más del sistema escolar. Muchos pasarán a ser abiertamente “alumnos problema” al llegar a la adolescencia en la ESO.
La propuesta: reduzcamos al 50% los exámenes memorísticos.
¿Por qué no dejamos que los alumnos hagan ALGUNOS de los exámenes con una “chuleta”? O, en su caso con sus los apuntes, con el libro de texto o con acceso a determinados contenidos de Internet.
Para resolver problemas más complejos de física o matemáticas podemos dejarles las fórmulas; para hacer comentarios de textos literarios podemos dejarles los apuntes sobre métrica, rima y figuras estilísticas; para comparar la sociedad de la Alta Edad Media con la del Renacimiento tal vez podemos dejarles consultar el libro de texto…
… Así podremos ver si el alumno sabe resolver problemas, si sabe hacer bien comentarios de textos literarios o si sabe confrontar y comentar las diferencias entre sociedades. Y… ¿verdad que reprobarían menos?
Claro que con estos exámenes con acceso a información no sabremos si el alumno sabe de memoria las fórmulas, las figuras estilísticas o todas las características del renacimiento… Solamente sabemos si sabe resolver problemas, si comenta bien los textos… Pero no hay problema.
También seguiremos haciendo exámenes memorísticos
Cuando queramos evaluar la capacidad de memoria de estudiantes y conocer en qué medida han memorizado las fórmulas de física, les pondremos un examen de memoria de fórmulas de física, “sin chuleta”. Y ya está.
No estamos abogando por el abandono de la actividad memorística. Las personas necesitamos saber cosas de memoria, empezando por tener un amplio vocabulario con el que expresarnos al hablar o escribir. Aunque tengamos toda la información del mundo al alcance desde nuestro móvil, con Google…, necesitamos conocer muchos conceptos y hechos de referencia para poder comunicarnos con agilidad y hasta para poder buscar en Internet la información que necesitemos en cada momento.
De la misma manera que, aunque tengamos calculadoras para realizar cálculos complejos, necesitamos buenas competencias de cálculo mental con operaciones simples. De la misma manera que, aunque trabajemos con editores de texto y correctores ortográficos, necesitamos saber escribir con letra legible y sin faltas de ortografía.
En definitiva nuestra propuesta es…
En definitiva, nuestra propuesta es que antes de preparar un examen tengamos bien claro lo que pretendemos medir y no mezclemos en un mismo examen las “preguntas de memoria” con otras actividades cognitivas que ya diferenció Benjamin Bloom a mediados del siglo XX: comprender, analizar, sintetizar, aplicar, valorar…
De esta manera, si ponemos 2 exámenes (uno de “fórmulas sin chuleta” y otro de problemas “con chuleta”) el alumno que no ha memorizado las fórmulas suspenderá el examen de fórmulas, pero quizás aprobará el examen de problemas. Así evitaremos que los alumnos que no recuerden las fórmulas queden automáticamente suspendidos, sin opción a demostrar si saben analizar, razonar y solucionar los problemas. Y de esta manera muchos alumnos hiperactivos, poco dados a concentrarse y memorizar pero que comprenden bien las cosas, disponiendo de las fórmulas podrán resolver los problemas y aprobar los exámenes.
Por lo tanto, y en coherencia también con esta evolución hacia un verdadero curriculum por competencias, nuestra propuesta es que procuremos que al menos un 50% de los exámenes (o de los ejercicios con puntuación importante) se hagan permitiendo a los estudiantes el acceso a determinadas fuentes de información.
Huelga decir que en estos exámenes no podemos incluir “preguntas de memoria” del tipo ¿qué obras escribió Cervantes?, ni problemas de rutina como calcula el área de un cuadrado cuyo lado mide 3 cm. Como se ha comentado deberán ser exámenes centrados en actividades de comprensión, análisis, síntesis, aplicación de conocimientos, valoraciones…
Continuará
Publicado también en CHISPAS TIC Y EDUCACIÓN
malba.niños 2010
Edición sustentable
Del 20 de julio al 31 de agosto en Tiendamalba
Curadores invitados: Pablo Ferraro y Ana Lisa Alperovich
Presentación y taller: martes 20 a las 16:00 en Tiendamalba. Entrada libre y gratuita.
Taller de creación con materiales reciclables y no convencionales, a cargo de DAG –DAG (Sol Marinucci + Lala Ladcan)
Tiendamalba presenta la séptima edición de su ciclo de diseño dedicado a los niños. Se trata de Edición sustentable, una colección de objetos pensados y producidos a partir del respeto y el cuidado por el medioambiente y sus habitantes.
Curada por Ana Lisa Alperovich (eco-diseñadora y consultora) y Pablo Ferraro (diseñador gráfico y textil), se incluyen una serie de objetos de diseño sustentable realizados a partir de diferentes materiales y técnicas de producción, que les transmiten a las niñas y niños valores de sustentabilidad a través de una experiencia lúdica. Entre otros productos, se presentan puzzles, muñecos, sonajeros, colecciones de animales, remeras y juegos de encastre.
Las piezas invitan a explorar los distintos modos de jugar y relacionarse con los objetos acompañando el crecimiento de los chicos de manera creativa y divertida. Estimulan el aprendizaje, el contacto con la naturaleza y los materiales nobles, ayudando a entender cómo los objetos, en todo su ciclo de vida, impactan en el medioambiente.
malba.niños. Edición sustentable propone una vuelta a los objetos lúdicos, útiles y duraderos, en materiales nobles y de bajo impacto ambiental. De precios competitivos y realizados por diseñadores argentinos que producen en pequeños talleres. Con esta colección y bajo este contexto, los curadores pretenden inspirar tanto a niños, como a grandes, a tomar decisiones de consumo más responsables, así como también guiar a diseñadores y productores a ser mas críticos y creativos con lo que traen al mundo.
A través de un relato ilustrado con bellas imágenes, este taller propone descubrir qué son los mandalas, de dónde vienen y experimentar con ellos a partir del color y sus formas.
Los mandalas son símbolos universales que expresan la vida y el espíritu. La Red Los Mandalas está formada por profesionales de diversas disciplinas que practican y promueven acciones conjuntas por el bien común. Más información: www.losmandalas.com.ar
Organizado junto con Red Los Mandalas y Faber Castell.
La recaudación de estos talleres será donada al Hospital Pedro de Elizalde, ex Casa Cuna.
Viernes 23 y 30 a las 16:00 y 17:00. Biblioteca.
Sugerido para niños y niñas de 4 a 12 años.
Costo del taller: $15.
Si les interesan los mandalas en estos sitios encontrarán algunos para colorear:
En nuestro álbum de fotos hemos subido diez mandalas que pueden descargar en sus computadoras.
http://www.free-mandala.com/es/start.html
Escuela en Capital solicita una maestra de grado de nivel primario para el cargo de secretaria pedagógica en turno mañana.
Requisitos:
- Título docente habilitante de nivel primario o ser estudiante de la carrera de magisterio para nivel primario con más del 75% de las materias aprobadas. (REQUISITO EXCLUYENTE)
- Experiencia en trabajo con niños.
- Responsabilidad y compromiso con la tarea.
- Dominio de herramientas informáticas.
- Posibilidad de incorporación inmediata.
Enviar CV con referencias de empleos anteriores y foto a: excellere.consultora.educativa@gmail.com
Colocar en el asunto: CV- Secretaria y el nombre de la postulante.
Si desea escuchar este post en lugar de leerlo haga click aquí:
Tenemos el agrado de invitar a usted a la conferencia
Familia y escuela: ¿alianza necesaria?
Un encuentro para pensar
El día miércoles 14 de julio a las 18.30hs.
La familia y la escuela son instituciones muy diferentes. Cuando se encuentran durante el año lectivo suelen surgir conflictos que, a menos que se resuelvan con respeto y diálogo, pueden afectar la escolarización de niños y jóvenes.
De este maravilloso encuentro surgen -sobre todo- oportunidades: si los adultos trabajamos en forma conjunta, aliados, potenciando los roles de cada uno en la crianza/educación de las nuevas generaciones.
Por eso es tan importante analizar las actitudes y perspectivas que nos ayudan a ayudar a nuestros hijos durante todo el año lectivo, durante toda su escolaridad.
Los invitamos a participar de un espacio para reflexionar con el Lic. Rolando Martiñá* sobre la relación entre padres y docentes, entre escuela y familia, entre dos instituciones interesadas en criar y educar a las nuevas generaciones.
Lugar: Escuela Ioná - Acevedo 276 - CABA (1414)
Importante: Dado que es una actividad exclusivamente para adultos se solicita
no concurrir con niños.
Reservar su lugar confirmando su asistencia al mail:
direcciongeneralescuela@iona.org.ar
Tel.: 4857-2503 / 4855-4062 / 4854-9745
* El Lic. Rolando Martiñá es Maestro Normal Nacional y Licenciado en Psicología clínica y educacional. Realizó estudios de posgrado en Orientación Familiar. Es miembro del Programa Nacional de Convivencia Escolar (Ministerio de Educación de la Nación ). Terapeuta-Orientador individual y familiar. Capacitador docente en áreas relacionadas con Convivencia Escolar, Formación de Ciudadanía y Relación Escuela-Familia. Columnista permanente de www.educared.org.ar/entrepadres. Autor de "Escuela hoy: hacia una Cultura del Cuidado", Geema, 1997; "Escuela y Familia: una alianza necesaria", Troquel, 2003; "Cuidar y Educar", Bonum, 2006 y "La comunicación con los padres", Troquel, 2007.
La escuela es un lugar donde conviven durante varias horas por día, muchos meses por año, durante muchos años, decenas de niños, jóvenes y adultos. ¿Hace falta más para mostrar que es un escenario privilegiado para que en él se dramaticen todo tipo de conflictos, originados o no entre sus paredes? En realidad, uno podría preguntarse por qué, en este contexto social, no hay más violencia en las escuelas. ¿Por qué miles de escuelas abren sus puertas día tras día, realizan mal o bien su tarea, y luego las cierran sin que en su interior se haya producido ningún hecho lamentable? ¿No sería interesante investigar cuánto de verdad hay en la afirmación de que la escuela es un lugar particularmente violento, discriminador o abusivo, en comparación con los demás escenarios de la vida social? Quizá se les podría preguntar a los padres de niños y adolescentes dónde prefieren que estén sus hijos si no están con ellos. ¿En una disco, en un viaje de egresados, en una cancha, montados en una moto esquivando el tránsito?
Estoy convencido de que la escuela está claramente por debajo del promedio social en cuanto a estadísticas de violencia de diverso tipo entre las personas. Pero también lo estoy de que se encuentra fuertemente exigida para dar respuesta a cuestiones muy complejas como sexualidad, drogas, resolución no violenta de conflictos, para lo cual no está adecuadamente preparada ni sostenida, sobre todo porque debe asumir roles que le son delegados casi masivamente por otras instancias o instituciones, como la familia, que muchas veces - aún a su pesar - desertan de sus responsabilidades.
Por ejemplo, los docentes y directivos, las normativas, las autoridades municipales o nacionales, los reglamentos, etc. no están en condiciones de asumir hechos como la portación de armas por parte de un alumno en una escuela. A nivel estrictamente educativo-institucional, no se sabe qué hacer. Y ese no saber, con la incertidumbre y el miedo que generan, suelen realimentar el problema en lugar de resolverlo. Faltan resortes normativos pensados para estas circunstancias históricas y falta entrenamiento de los docentes para poder dar respuestas que sean tales y no meras reacciones impulsivas movidas por la confusión o el miedo.
Es cierto que también podemos hablar de causas internas de violencia en la escuela: regímenes disciplinarios anacrónicos o falazmente "modernistas", que reprimen sin comprender o confunden dar libertad con "dejar librado". Docentes que, abrumados de trabajo, maltratados, desalentados, transmiten eso a sus alumnos, o los ignoran, encapsulados un una propuesta didáctica formalista y muchas veces poco significativa. Pero, ojo: ningún chico va con un revólver a la escuela porque se aburre en matemática. Y si un chico agrede a un profesor (como ha sucedido) alegando causas estrictamente escolares, es porque: o no son esas las verdaderas causas o al docente y a toda la escuela se les pasaron de largo seguramente una serie de indicadores de que esto podía suceder. Por ejemplo, y para tomar un caso reciente, las persistentes burlas de un grupo de alumnos a un compañero, cosa que, por lo que decíamos antes, los docentes no están preparados para considerar conductas de riesgo, especialmente entre adolescentes. También debemos decir que muchos docentes se resisten a querer saber qué hacer, porque consideran que esa tarea no les corresponde, con lo que el círculo vicioso se cierra más aún.
Los seres humanos hemos tenido siempre problemas con la violencia, como lo atestiguan, por ejemplo, nuestras primeras narraciones míticas: el Génesis y la Ilíada: prohibiciones, desobediencias, traiciones, castigos, expulsiones, fratricidios, secuestros, guerras, engaños, etc. etc. El problema se magnifica cuando los mecanismos habituales para controlar la violencia en un grupo social, se desactualizan demasiado rápido, en relación con la dinámica social. Y esto es lo que está pasando. En la escuela y fuera de ella. Estuvimos discutiendo durante meses el Código de Convivencia o la Ley de Salud Reproductiva (seguramente debido a las dificultades para armonizar criterios en cuestiones tan complejas), y mientras tanto miles de personas (con uniforme o sin él) se atacaban mutuamente en los barrios y centenares de chicas de 15 o 16 años quedaban embarazadas en condiciones totalmente inconvenientes en todos los rincones del país.
Creo que pese a todo, las escuelas y los colegios tienen aún la oportunidad - más que ningún otro sitio - de realizar un trabajo formativo y preventivo, de generar una cultura del cuidado, o al menos de mostrarles a los chicos que hay otras alternativas posibles a la violencia y a la destrucción. Pero tienen que querer hacerlo y el poder político tiene la responsabilidad de lograr que puedan hacerlo.
Fuente: depsicoterapias.com
Los alumnos llenan las salas de museos de arte. Pero no miran las obras. Están concentrados sacando fotos con su máquina digital.
Una docena de madres va con sus coches camino a la plaza. Pero no miran ni hablan a sus bebés. Están enganchadas y dale que dale con el celular.
Descubren una obra maestra en el hall de entrada de un edificio de 20 años y, cuando se la llevan, los vecinos protestan porque no tuvieron tiempo para observarla.
Se venden anteojos de sol cada vez más sofisticados. Tal vez porque ahora se los usa a la sombra durante largas conversaciones en las que no se deja asomar ni una pestaña.
Algunos médicos recetan por Internet y algunos periodistas cubren guerras desde su casa.
¿A dónde quedó la mirada?
Esquiva en estos tiempos apurados así como urgente en una época de saturación virtual, la mirada escasea en su rol de mirar tanto como en el de dejarse ver. La mirada es urgente para saber dónde estamos parados, urgente para saber de los otros, urgente para poder proyectar, para poder apreciar y tener juicios propios.
Mirar exige detenerse, hacer foco, valorar. Coincide poco con una modernidad adicta a la velocidad, a la dispersión y al "todo vale", pero ¿no es preferible estar pasado de moda que perderse los beneficios de quien puede mirar?
El que mira aprende, incorpora, crece. Se asombra, se alegra o se disgusta, pero nunca se ahoga en la nada de la indiferencia.
Cuando no absorbemos la realidad con el filtro de la propia mirada corremos el riesgo de la manipulación, del error ajeno, de la distorsión adrede o del engaño. Cedemos a ciegas y gratuitamente el poder de nuestra individualidad. Renegamos de una herramienta de conocimiento infinito. No mirar es una forma de deshacernos de responsabilidad: no mirar duele menos, compromete menos. No mirar la pobreza ni el dolor ni el mal evita sufrimiento, limita la percepción de la realidad. También nos limita no mirar el bien: no detenerse ante la belleza, no reparar en los gestos cotidianos nobles, en lo grande detrás de lo simple.
Tan importante como mirar es que permitamos a otros ver nuestra mirada. Porque la mirada atiende y dice, aunque no se pronuncie palabra: contiene, expresa, da. Esconder la mirada es mezquino con aquellos a quienes negamos el derecho a que nos lean con la suya. No son pocos los que no miran cuando hablan pero también eso se puede leer: sienten temor de que sus ojos delaten lo que prefieren dejar oculto.
La no mirada por elección es una manera de elegir también la incomunicación.
¿Adónde fue a parar la mirada? ¿Qué vemos cuando no miramos? La mirada fue a parar al ombligo y probablemente sólo veamos -en forma reiterada- nuestro propio reflejo. Una y otra vez, retroalimentándose de un yo que no mira y sólo chupa de su propia sangre. No sabemos que no miramos porque la costumbre inhibe la conciencia. Y a menor conciencia, menor humanidad.
La autora es jefa de Servicios Periodísticos del Exterior Diario LA NACION